miércoles, 16 de enero de 2008

La ruta de los banderizos


El historiador Juan Manuel González Cembellín nos propone un viaje a las numerosas torres que las guerras que durante los siglos XIV y XV enfrentaron a los bandos nobiliarios que conocemos como oñacinos y gamboínos han dejado en forma de huella material.
Cerca de medio centenar de aquellas torres ha llegado hasta nosotros en Bizkaia. Todas ellas se hallan muy alteradas –pérdida de altura, apertura de nuevos vanos y cierre de los antiguos, renovación de la estructura interior...–, pero aún conservan lo suficiente de su primitivo aspecto como para darnos una idea de cómo fueron aquellas mansiones-fortalezas, que servían de vivienda y refugio a los principales miembros de los linajes, y al tiempo eran centro de sus dominios y símbolo de su poder frente a enemigos y amigos.
Quizás por las distancias a recorrer entre unas torres y otras, está excursión se recomienda hacer en varias etapas, organizando las mismas por proximidad geográfica.
Nuestra visita a las torres vizcaínas podría empezar por Etxaburu (Izurtza), una de las más populares tanto por su espectacular silueta como por las leyendas sobre su origen. Pasando a Markina-Xemein nos encontramos con las torres de Ugarte y Barroeta. También es muy interesante Arancibia (Berriatua), alzada sobre un meandro del río Artibai.
Ya en Ondarroa está la torre de Likona. En Forua se mantienen aún en pie los restos de la torre de Urdaibai. La torre de Montalbán (Mendata) se sitúa en la cima de una montaña, dominando señeramente todo su entorno. La de Zamudio (Zamudio) presenta dos zonas perfectamente diferenciadas. También es de sillería y también cuenta con almenado la torre de Martiartu (Erandio), que fue rehecha ya a principios del siglo XVI, tras haber sido destruida hacia 1472.La comarca vizcaína con mayor número de fortalezas banderizas es sin duda la de Las Encartaciones. Y uno de los principales linajes de la zona fue el de Salazar de San Martín, cuya sede era la torre de San Martín de Muñatones (Muskiz). En Zalla destaca la torre de Terreros. Siguiendo el curso del río llegamos a Bolunburu. Ya en Güeñes está La Jara, que domina buena parte del valle desde su elevado asentamiento. Pero la torre más interesante de Güeñes es la de La Quadra. En el inmediato municipio de Gordexola encontramos la torre de Oxirando, otra típica torre con sala, a la que a fines del siglo XVI se adosó un magnífico palacio.