Desde Baigorri, el valle se estrecha en torno al río formando un pequeño desfiladero a su paso por el pequeño pueblo de Banka. Los subsuelos de esta localidad, cuyo significado deviene de 'banc' o 'banco' de mina, han sido explotados en busca de cobre desde la época romana.
Hasta 1874 se llegó a denominar a este pueblo La Fonderie o La Fundición, debido a las fraguas que jalonaban su ribera.
Su fama se extendió al todo continente al existir pocas de este preciado metal. Todavía se puede observar un alto horno de fundición, bastante bien conservado, y las diferentes bocaminas. A un costado, entre la carretera y el río, tomadas por las hiedras y las zarzas, se localiza esta mina perdida, y su horno de calcinación, en activo hasta el siglo XVII.
