miércoles, 3 de diciembre de 2008

Caseríos monumentales preservados

La vida rural de Euskal Herria ha girado en torno al caserío. Su presencia, casi siempre dispersa, centralizaba la vida de los hombres y mujeres ligados a las labores del campo. Aún hoy muestran su singular belleza y muchos, tenaces testigos de los cambios, siguen dignamente en pie pese al transcurrir de los siglos.
Cada vez quedan menos caseríos primitivos y por ello empiezan a ser protegidos para que subsistan: durante el pasado año un total de doce caseríos fueron inscritos en el Inventario General del Patrimonio Cultural Vasco, con la categoría de monumento. Ahora, puede sumarse a esta lista el caserío Isuntza Bekoa de Berriz.
Este baserri, a dos aguas, con planta rectangular, fue levantado del siglo XVI, aunque fue ampliado en 1723 con la incorporación de un crujía delantera.
En el siglo XIX fue objeto de una ueva reforma en el que se le añadió una estructura adosada con tejado independiente. Esta casa tradicional se halla en la vega del arroyo San Kristobal y cerca de otro caserío monumental, Isuntza Goikoa. La protección de estos monumentos no sólo preservará el legado de nuestros predecesores, sino también su entorno natural.

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