sábado, 27 de marzo de 2010

Otoio, cumbre costera entre Lekeitio e Ispaster

El Otoio es una cumbre costera que se alza entre Lekeitio e Ispaster. Aunque claramente diferenciada del resto de cimas del macizo, se enmarca dentro del ámbito de influencia del Illuntzar. En cualquiera de los casos, hablamos de una montaña modesta pero con desniveles importantes debido a su cercanía al mar. La escuela de escalada que acoge en sus paredes de la vertiente norte es la mejor evidencia de tal condición.
Accesible desde los dos pueblos que separa, la ascensión por Lekeitio es la más interesante por las vistas que ofrece de la costa. La excursión empieza en la carretera de Lekeitio a Gernika, a las afueras del pueblo costero, justo en la entrada a la empresa de Maderas de Lekeito. Una cruz de señales indica la dirección tanto al Otoio como a Ispaster, a través de la GR 123 (Vuelta a Bizkaia), y un panel informativo nos ubica en la montaña y nos informa de los accesos a su escuela de escalada.
El camino llanea unos metros hasta una pista de cemento, momento en el que comienza a ganar altura. No transitaremos mucho tiempo por ella ya que, un poco más arriba, tras una curva a la izquierda, a la derecha de la pista, nace un sendero que remonta la ladera este de la montaña. El sinuoso camino asciendo por terreno despejado, salvo algún que otro árbol aislado, lo que permite disfrutar de las excelentes vistas que ofrece de la costa y Lekeitio, con las instalaciones de empresa maderera y el faro a nuestros pies. Más arriba, la senda pasa junto a un par de edificaciones que afean el entorno, momento en el que la pendiente se modera hasta el punto culminante de este tramo, que no es otro que la cima secundaria del Talaia, como su nombre indica, un excelente mirador de la costa.
A partir de aquí, la ruta pasa junto a una curiosa escultura y pierde altura con la antena cimera justo enfrente. Aún bajando, el camino acaba por desembocar en una pista (0h.20’), que seguiremos a la derecha hasta una pequeña depresión, en medio del bosque, dominado por los eucaliptos. Desde aquí parte el desvío que lleva a la escuela de escalada de la pared norte. Es el momento de afrontar la ascensión final hacia la cumbre. La senda, muy pisada, no ofrece dudas, aunque es propensa a embarrarse, lo que unido a la pendiente puede incomodar la caminada.La pendiente es bastante sostenida en este tramo final y el bosque, cada vez más tupido, lo que nos avisa de lo que encontraremos en la cumbre. En los últimos metros, ya en llano, la senda realiza un pequeño giro para evitar la espesura y llevarnos sin pérdida hasta las peñas cimeras, que se sitúan en un pequeño claro del bosque, aunque sin vista panorámica alguna. Por ello llama la atención la pequeña mesa de orientación allí instalada, junto al vértice y los dos buzones, y que marca vistas desde el Gorbeia al Txindoki, Aiako Harria o Irumugarrieta. Tampoco hay pistas de la gran antena que nos ha servido de guía durante la atención y que, en contra de lo que parece, no se encuentra en el punto más alto de la montaña. Con buen criterio, está desplazada unas decenas de metros ladera abajo hacia el este.

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