lunes, 31 de enero de 2011

Al Irumuga desde Urdalur

No es tan habitual que una cumbre señale el vértice de tres territorios. En Euskal Herria, Betsaide (Araba, Gipuzkoa y Bizkaia) es todo un símbolo. Pero no es el único. En el corazón de la sierra de Altzania se alza el Arbarain, Illaragorri o Irumuga que, como su tercera acepción indica, marca la confluencia entre Araba, Gipuzkoa y Nafarroa.
Estos alomados cordales de Altzania están poblados por amplios y frondosos hayedos, dentro de los terrenos comunitarios de la Panzonería General de Araba y Gipuzkoa. Al sur, La Llanada alavesa marca sus límites, mientras que por el norte queda delimitado por el río Altzania, cuyo caudal alimenta el embalse de Urdalur. Este es precisamente el punto de inicio de la excursión, en la que remontaremos todo el cresterío acompañados siempres por imponentes hayas.
Desde la cabecera del pantano, caminamos unos metros por la pista que lo bordea hasta un desvío a la izquierda bloqueado por una gran piedra para evitar el tránsito de vehículos. No tardamos en salir a una amplia pista que continúa ganando altura. Tras una gran curva, cuando empieza a llanear, cogeremos otra pista forestal a la izquierda, aunque enseguida volvemos a tomar otro desvío, en este caso un camino, a la izquierda señalado con un hito.
Por él alcanzamos el cordal. Unos metros más allá, seguimos a la derecha la pista por el hayedo, aunque en una curva a la derecha tomamos una senda que remonta (izd.) hasta auparnos de nuevo en el cordal, que ya no abandonaremos obviando las pistas con las que no topamos. Así alcanzamos, en mitad del bosque, las peñas cimeras de Kipular.
A partir de aquí no hay dudas sobre la ruta a seguir. Por la divisoria, descendemos a un collado con una chabola de cazadores (los puestos de caza serán ya una compañía inevitable hasta la cima), remontamos el alto de Ibirigana, pasamos junto a Txabola Txiki y llegamos a la muga entre Gipuzkoa y Nafarroa. La valla que la señala será nuestra compañera hasta la cima.
La vuelta a Urdalur la haremos por la muga. Un divertido y empinado descenso a la brava por mitad del hayedo, sin perder de vista la valla que la señala. Para ello, bajamos por la pista del repetidor hasta una gran curva a la izquierda. Desde allí, un camino (dcha.) lleva a la valla. Junto a ella descenderemos por todo el barranco -en un par de ocasiones habrá que saltar de un lado a otro- hasta una pista que nos llevará al embalse y su presa.

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