viernes, 1 de febrero de 2008

Bizkargi, protagonista de la historia


Durante la Edad Media, quienes iban a ser Señores de Bizkaia debían desplazarse a Gernika para jurar allí la defensa y práctica de los fueros. Desde Bilbao se iniciaba una ruta con cuatro paradas en lugares estratégicos donde se repetía un ritual de juramento. El primero ante las puertas de la villa bilbaína; el segundo en la ermita de San Emeterio y San Celedonio, en Goikoelexea; el tercero en el alto de Aretxabalgana, al pie del Bizkargi, donde se reunían los banderizos vizcaínos y el señor de Bizkaia recibía el ‘besamanos’ de los infanzones e hijosdalgo que se iban con él hasta Gernika; y el último, en la iglesia de Santa María de la Antigua, junto al roble y Casa de Juntas de Gernika.
En cada uno de estos lugares el Señor repetía la misma acción: hacer juramento de respetar las libertades y proteger y guardar el Fuero por el que se regían los vizcaínos. El último en cumplir este ritual fue Fernando el Católico en 1478.
Pero ajeno a todas estas historias que se vivieron a sus pies, la cima del Bizkargi fue protagonista de encarnizadas batallas en la disputa que los ejércitos de Franco mantuvieron para conquistar Bilbao.
De hecho, la atalaya de Bizkargi era codiciada por las tropas fascistas para instalar allí cañones que bombardearan las fortificaciones del Cinturón de Hierro, establecido para defender Bilbao. Ello explica que los gudaris vascos, por su parte, disputaran largo tiempo su defensa. Finalmente, con la intervención de la aviación, apoyada por artillería pesada, el ejército fascista arrasó las trincheras vascas del Bizkargi, desde donde se lanzaron las bombas que posibilitaron destruir el cinturón defensivo bilbaíno.La cima –donde el primer domingo de mayo se celebra el reconocido homenaje a todos los gudaris que cayeron allí en la Guerra Civil- ofrece desde su ermita de la Santa Cruz una abierta panorámica sobre toda la tierra de Uribe y los confines de Urdaibai.