martes, 25 de marzo de 2008

Artikutza, uno de los lugares más húmedos del Pirineo vasco


Ya estamos de vuelta de las vacaciones. La verdad es que si bien el tiempo no ha acompñado en demasía, si ha servido para poder disfrutar de la nieve. Pero, ¡a lo nuestro!
Fresas silvestres y hongos se prodigan en el bosque de Artikutza, junto a los líquenes de los troncos. La ruta comienza en el pueblo navarro de Artikutza, al que se accede desde Oiartzun. Encarados a la ermita de San Agustín, se atraviesa el río y se sigue un camino entre setos. Se deja la ermita a la derecha y se toma un sendero que asciende hasta un caserío y conduce a una pista, la única cuesta que se presenta en todo el recorrido. Después de superarla se encuentra un poste que indica cómo llegar hasta el albergue y hasta el embalse.
Se vuelve a la pista anterior y después de atravesar una verja, hay que internarse en la ruta que ahora sí que va a facilitar la vuelta completa al embalse. En su inicio, un panel informa de los diversos ecosistemas de este enclave protegido. La pista es amplia y llanea entre hayas, roblrd, acebos y coníferas. Dada la humedad del lugar, cada recoveco es una exceletne oportunidad para contemplar la extensa población de musgos y helechos.
Se cruzan varias regatas y al llegar a la de Enobieta se hace por un bello puente de piedra. El cauce semeja una selva con magníficos ejemplares de helechos en roseta. Se continúa hasta llegar al puente de Usanbelarreta, también de piedra y situado ya al otro lado del embalse.
El camino sigue llano, y al llegar a la regata de Antzulo, se verá una cueva. La pista conduce finalmente a una verja metálica, tras la que otro panel informa de la importancia que tiene el agua en el ecosistema ecológico de Artikutza.
Ya sólo resta descender hasta el pueblo a través de una pista más amplia. En total, una hora y media para dar la vuelta completa al embalse de Artikutza.