martes, 18 de marzo de 2008

Sarrimendi, en las estribaciones de Oiz

El monte Sarrimendi (603) ofrece un cómodo paseo en las estribaciones de Oiz, junto al interés que ofrece el barrio de Andikoa y la cruz existente en el cercano promontorio de Tosto.
El punto de inicio del itinerario es Andikoa, un bonito barrio a unos 1,5 km. de Berriz, cuya historia está en buena parte ligada al Santuario de Nuestra Señora de Andikoa. Venerado desde la antigüedad, el santuario fue escenario de las tradicionales procesiones desde Berriz (la carretera está jalonada de cruces). Según una antigua costumbre tras finalizar las misas mayores se celebraba una procesión con velas. En el cercano promontorio de Tosto se encuentra una cruz que señala el lugar desde donde se bendecía el agua de riego de las huertas, atribuyéndosele propiedades contra las plagas que atacaban a los cultivos.
Desde Andikoa se tiene que seguir por la carretera que pasa junto a la iglesia y continua hasta una barriada cercana, conocida como Andikoaburu. Allí se abandona el asfalto, tomando a la izquierda junto a un imponente caserío de piedra con un gran cactus en la fachada. A partir de aquí el camino pasa a ser de gravilla con una suave pendiente.
Se cruza una valla y se adentra en un pinar por una pista forestal. Enseguida el camino se divide en tres, siguiendo por el de la derecha y al poco rato se llega a un rodal con una plantación de castaños en medio del pinar. Más adelante la pista forestal, siempre ganando altura, sale a terreno más despejado, donde se descubre una borda prácticamente en ruinas. En este tramo, mirando al este, llama la atención la perfecta forma cónica que tiene la cercana y descarnada loma cimera del Gaztelu.
La pista por la que se discurre cambia de vertiente y pasa a la ladera norte, recientemente despoblada de pinos, donde se alcanza una borda. Tras cruzar la alambrada que nace tras la edificación comienza una herbosa pista ascendente que se dirige a un punto marcado con hito sobre un tronco, convirtiéndose a partir de este punto en una senda difusa que asciende entre pinos, tras cruzar una nueva alambrada, al cordal cimero. Para llegar al buzón se debe seguir por el cordal pese a que se deja atrás su punto más alto. En una gran roca hay dos buzones: un pequeño txistulari y uno más antiguo en forma de caserío. Tras apreciar las vistas al Oiz se inicia el descenso por la ruta de subida hasta Andikoa, aunque si se quiere alargar la marcha puede acercarse hasta el Gaztelu (532) por una de las numerosas pistas forestales existentes, lo que supondrá media hora más de marcha.