lunes, 17 de marzo de 2008

Cabezo del Fraile, naturaleza en estado puro


Visto desde territorio aragonés, recuerda la casulla de un fraile. Visto desde Nafarroa, se asemeja a un barco de piedra caliza, alto de quilla. Sea como fuere, lo cierto es que el Cabezo del Fraile, picacho cónico de 565 metros de altitud, en el extremo sur de las Bardenas, es uno de sus parajes más desérticos y olvidados, y al mismo tiempo un lugar idóneo para aquellos que quieran estar en contacto con la naturaleza en estado puro.
En lo alto del mismo se encontraba un castillo, levantado por Sancho El Fuerte en el siglo XIII para defender la frontera del reino y combatir a los bandidos, aunque tradicionalmente se ha conocido como Castillo de Sancho Abarca. Como la mayoría de las fortalezas navarras, fue derruido por las tropas castellanas en el siglo XVI. Hoy sólo quedan algunos restos de la muralla, la base de la antigua torre y parte del aljibe, donde se almacenaba agua.
Pero más que los vestigios del antiguo castillo, impresionan las vistas sobre las Bardenas y el trabajo del viento, que ha modelado las rocas.
El paseo se inicia en el corral de Bea. Para llegar a él, desde la carretera de Tudela a Tauste (NA-126, km 22), poco antes del límite con Aragón, se toma una pista en buen estado, que tras 4,3 km lleva al lugar perfectamente señalizado.