viernes, 30 de mayo de 2008

Urederra, nacedero al pie de Urbasa

El Urederra, que surge de las mismas entrañas de la sierra de Urbasa, forma en su nacedero un colosal circo, que en su libertino discurrir provoca cascadas, rápidos y pozas de increíble azul turquesa. El Urederra resume a la perfección esta reserva natural. Su riqueza ecológica sintoniza con su estética natural.
Se cruza el pueblo de Bakedano hasta su plaza. Por detrás del frontón parte la pista que cruza ña fonda de Urderra. El camino se bifurca y se toma la pista dela izquierda. hay que dirigirse al antiguo aparcamiento rodeado de encinas. Se cruza la puerta y se continúa descendiendo hasta una nueva bifurcación. Ahora se toma el camino de la derecha. La umbría del hayedo ofrece la sombra a las pozas de color turquesa. Los pequeños saltos de agua acompañan a la multitud de senderos que discurren paralelos al arroyo. No hay pérdida posible porque el laberinto de sendas está protegido por una valla de madera que limita el camino. Hayas, robles y avellanos no son ajenos a este paraíso. Unas rústicas escaleras descienden a una hermosa poza con una pequeña cascada. Aqui se bañan nutrias y visones, amén de numerosas aves acuáticas.
Más arriba, un mirador y una nueva poza reciben al caminante. Las escaleras se labran en la tierra para facilitar el ascenso por el sendero. Alternativamente hay que desviarse por los vericuetos para explorar la reserva natural. Se remonta el arroyo aunque el trayecto se separe del cauce. La pendiente se acusa cuando a la izquierda parte un mirador del barranco de Ubagoa, nombre que daban los amescoanos al río Urederra en la zona de su nacimiento.
Se cruza por un pequeño puente de madera allí donde los riachuelos y senderos se multiplican. Más arriba, un nuevo puente cruza de orilla. Por su izquierda parte un escabroso sendero que se ayuda de las raíces de los árboles para descender. La cascada y la poza son el colofón a la reserva. Una pared impresionante cierra este hermoso circo.