
Mide más de 36 metros de altura y casi cuatro de diámetro. En verano, la sombra que proyecta la frondosidad de este venerable roble ocupa una extensión de casi 500 metros cuadrados, semejante a la que daría un bloque de pisos mediano. En invierno, sin embargo, al perder sus hojas, se descubre todo el laberinto de ramas y ramillas que aparecen desnudas ante nuestros ojos.
Para acercarnos a verlo tendremos que acceder desde la carretera de San Miguel a Rebollar, junto al río Pedreo, en la finca "La Zarzuela". En esta carretera nace un camino acondicionado con una barandilla que nos lleva hasta el árbol.
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