
La calzada sirvió para dar continuidad al Camino de Santiago por Araba, y de su importancia estratégica es prueba el que en su interior se edificara una fortaleza. Su declive como paso comercial se produjo en el siglo XVIII con la construcción de la calzada real que desde 1780 une Gipuzkoa y Araba por el Alto de Arlaban.
La Sociedad de Ciencias Aranzadi quiere recuperar la memoria de este lugar y durante seis meses 30 científicos de diferentes disciplinas desentrañarán las huellas geológicas, históricas, etnográficas y arqueológicas de este paraje. Esta investigación servirá como punto de partida de un futuro proyecto de puesta en valor del entorno.
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