La edición digital de El Correo de hoy hace hincapié en las posibilidades de Edurne Pasaban de hacer cumbre en el Shisha Pangma debido a que el viento, que se ha llevado las tres tiendas y todo el material que tenían en el Vivac Scott, será de 60 a 80 kilómetros por hora hasta el próximo día 20, fecha en la que se le acaba el permiso de escalada.
Pasaban ha explicado hoy en un comunicado publicado en su página web que el pasado domingo salieron del campo base, llegaron hacia las once de la mañana al campo avanzado donde tenían material y se dirigieron al Vivac Scott, una zona situada a 6.200 metros a la que ya ascendieron para la aclimatación y donde dejaron el material necesario para abordar la cumbre.
Al llegar a este lugar comprobaron que el viento se había llevado las tres tiendas con todo lo que había en su interior: sacos, esterillas, ropa, comida, hornillos, gas, manoplas y piolets.
El objetivo del equipo era haber ascendido ayer hasta los 6.700 metros, donde iban a pasar la noche para subir hoy a los 7.400 y pernoctar allí antes del definitivo ataque a la cima de esta montaña de 8.046 ubicada en el Tíbet. Tras pasar la noche en el campo avanzado, ayer lunes decidieron bajar al campo base, ya que sin material y con el fuerte viento que hacía no podían hacer nada.
La situación, según relata Edurne Pasaban, es ahora difícil porque les falta algo de material y el parte meteorológico anuncia que hasta el día 20, cuando expira el permiso de escalada que tiene el equipo, el viento en altura será de 60 a 80 kilómetros por hora, extremadamente fuerte para la escalada. Pese a su "sensación de fracaso", aún tiene alguna esperanza, por lo que el equipo ha decidido aguardar hasta el jueves 15 por si cambiara drásticamente el tiempo y pudieran intentar el ascenso.
Pasaban ha explicado hoy en un comunicado publicado en su página web que el pasado domingo salieron del campo base, llegaron hacia las once de la mañana al campo avanzado donde tenían material y se dirigieron al Vivac Scott, una zona situada a 6.200 metros a la que ya ascendieron para la aclimatación y donde dejaron el material necesario para abordar la cumbre.
Al llegar a este lugar comprobaron que el viento se había llevado las tres tiendas con todo lo que había en su interior: sacos, esterillas, ropa, comida, hornillos, gas, manoplas y piolets.
El objetivo del equipo era haber ascendido ayer hasta los 6.700 metros, donde iban a pasar la noche para subir hoy a los 7.400 y pernoctar allí antes del definitivo ataque a la cima de esta montaña de 8.046 ubicada en el Tíbet. Tras pasar la noche en el campo avanzado, ayer lunes decidieron bajar al campo base, ya que sin material y con el fuerte viento que hacía no podían hacer nada.
La situación, según relata Edurne Pasaban, es ahora difícil porque les falta algo de material y el parte meteorológico anuncia que hasta el día 20, cuando expira el permiso de escalada que tiene el equipo, el viento en altura será de 60 a 80 kilómetros por hora, extremadamente fuerte para la escalada. Pese a su "sensación de fracaso", aún tiene alguna esperanza, por lo que el equipo ha decidido aguardar hasta el jueves 15 por si cambiara drásticamente el tiempo y pudieran intentar el ascenso.
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