miércoles, 3 de marzo de 2010

Camino del Agua

En los valles escondidos al pie del Aizkorri encontramos un ejemplo perfecto del trabajo humano para captar los arroyos de la montaña. En este caso, el objetivo fur mover las turbinas de una central eléctrica y ahora el recorrido del agua es un pretexto para descubrir sus caminos, escenarios míticos tallados por la fuerza de la erosión.
El 'Camino del agua' se inicia en la misma iglesia del barrio oñatiarra de Araotz. Por su espalda se toma una escalinata de piedra que concluye en una ruta hormigonada que busca el valle. Desemboca pronto en la carretera, en el barrio de Ugaran; caminando por ella sobre el arroyo y un viejo lavadero se alcanza la encrucijada de Gurutze, en la que una vieja cruz de hierro es pauta para seguir el sendero que avanza a sus pies.
Éste se cuela allí entre la cerrada vegetación y camina sobre una regata que enseguida cruzaremos por un vetusto puente de piedra. Al otro lado se esconde una no menos antigua fuente, por encima de ella el camino trepa directo hasta los caseríos de Zubia. Hay que llegar hasta los más altos, en el lado este del barrio, y allí, entre un nogal y un fresno, girar a la izquierda para tomar una pista que arranca sobre roca de pizarra y avanza entre muros y prados.
Caminando al noreste se gana altura y, saliendo a espacio más salvaje, se gira al norte al encuentro de una borda solitaria. Desde la borda se mantiene un momento la trayectoria pero enseguida el sendero gira un poco a la derecha para escapar de los roquedos más severos que van apareciendo y, de paso, para acercarse, entre rocas y hayas, hasta la ventana natural de Aitzulo. aparecen de repente las cuatro grandes bocas que atraviesan la roca abriendo la montaña de lado a lado y forzando una corriente de aire.
La más pequeña de las ventanas de Aitzulo de paso al camino que pasa bajo su arco. El sendero sigue al oeste y llanea, incluso desciende un poco, antes de tomar de nuevo la dirección norte en terreno despejado. Entre argomas se remontan los últimos repechos hasta avistar el Udaltx en el horizonte. Entonces estaremos en las praderas de Aitzgain, muy poco por debajo de la cima de Orkatxategi. Hay que girar al oeste para llegar enseguida al reborde inferior del embalse de Aitzgain.
Ante el pequeño embalse tomaremos la trayectoria del canal que lo alimenta. Llano y bien trazado, nos llevaría hasta las inmediaciones de la ermita de Santikurutz. Pero un viaducto construido junto a un tramo de la tubería en un pasadizo aéreo ha sido violentamente arrancado por un desprendimiento. Debe evitarse éste y el mejor modo es tomar la pista que asciende, atravesando el canal, cuando nos la encontremos ante nuestros pies. Por ella tendremos además más panoramas a la vista: Udalatx, Anboto y Kurutzebarri.
Enseguida, tras pasar bajo la loma de Arbe, estaremos llegando al rellano que antecede a la ermita de Santikurutz. Un repecho y su pórtico nos acoge para ofrecer una abierta mirada al valle y todo el entorno del Aizkorri.
La continuación del sendero balizado desde Santikurutz se realiza caminado hacia el sur por la pista que llanea sobre los caseríos de Ugastegi, dejando a la derecha la ruta hormigonada que baja hacia ellos. Nos acercaremos así al Andarto llegando a la explanada de Txirikilaleku, donde se debe continuar por la pista derecha cuando aparece una bifurcación. Por terreno llano se acaricia la falda del Andarto antes de girar casi media vuelta para tomar una pista que enfila entre pinos al noreste. El balizamiento es precario pero suficiente para apoyar la intuición cuando un zig-zag descendente nos deje sobre el llano recorrido del canal. Alterna pinares con hayas, donde la tubería dibuja el lomo de una serpiente gigante y tramos escarpados. Así se llega con rapidez al collado de Santikurutz, encrucijada de caminos desde la que una durísima pendiente de pista hormigonada nos devuelve al bario de Ugaran.

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