
Pudo haber sido en su origen una torre vigía, una fortaleza que se divisa en muchos kilómetros a la redonda, situada en el centro de una importante encrucijada de caminos. La vieja ruta de Aizarnazabal, la calzada de Zestoa a Iturriotz, la 'calzada del norte', la 'ruta de la trashumancia' y la 'estata de Lasao' se encontrarían aqui con la calzada que venía de Zarautz y de Urdaneta.
Y es que los caminos de Santa Engrazi fueron ruta obligada de viajeros durante cientos de años. Iñigo de Loyola cruzó estos parajes en el siglo XVI, y el mismo Humboldt, en su 'Diario del viaje vasco' (año 1801), cita su marcha por esos lugares en busca de la frontera francesa.
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