Katillotxu, la última estribación del Sollube

Katillotxu (337 metros) es la última estribación del Sollube, gigante de zona, cuando los montes de Bizkaia se hunden en aguas del Cantábrico. Como cima es menor, pero por ubicación y vistas es uno de los mejores miradores de toda la costa. Desde su modesta altura se divisan en todo su esplendor Bermeo, la ría de Urdaibai, la isla de Izaro, los montes de Atxerre, Ereño, Oiz, y en días muy despejados, las cimas del Duranguesado y Gorbea.

Tiene en su contra el entorno demasiado civilizado en el que se encuentra. Siglos de pastoreo intensivo, talas e incendios han hecho desaparecer los bosques autóctonos de encinas, laureles y madroños, para ser sustituidos por masas cerradas de pinos, eucaliptus y grandes argomales que dificultan la marcha. Han desaparecido en cambio , los rastros de la guerra civil.

Es accesible por numerosos puntos, aunque los más utilizados son el barrio de Demiku de Bermeo, y la pista que comienza en la gasolinera de Mundaka y por los últimos caseríos del barrio de Goitiz enlaza con el final del camino anterior.

La subida y bajada por Demiku es una tranquila marcha que se puede realizar en menos de hora y media a ritmo de paseo. Hay que aparcar el coche cerca de la ermita ­problemático en temporada veraniega­ y comenzar a ascender por la antigua estrada ahora asfaltada, que serpentea entre los magníficos caseríos del barrio. Al poco rato, con el depósito de agua a nuestra derecha, abandonamos la pista ­gira a la izquierda­ para continuar otra de gravilla que gana metros con rapidez. Enfrente se encuentra la loma pelada del Katillotxu.

Algo más arriba la pista llanea junto a otro depósito de agua, de mayores dimensiones pero igual de antiestético, y vuelve a subir por un camino ahora de barro con un pinar a la derecha. Poco después estaremos sobre la loma. En este punto tenemos dos opciones. La primera es superar una barrera de alambre sobre la que están pintadas las marcas de GR de la Vuelta a Vizcaya que conducen al Sollube, continuar por un sendero que atraviesa los pastizales y a los pocos minutos ascender campa arriba (izquierda) hasta la cima del Katillotxu (337 metros).

Es una campa en medio de un enorme argomal y tiene varios buzones inservibles a los que los gamberros les han arrancado la placa un un nacimiento, también destrozado. La segunda es continuar por la pista (izquierda) que bordea la loma y nos conduce igualmente a la cima. Tras la obligatoria parada en la cima para contemplar el paisaje, el descenso a Demiku se realiza por el mismo camino de subida.

La gasolinera se encuentra en la entrada a Mundaka. Junto a ella hay una esplanada en la que hay que aparcar el vehículo, salvo que se quiera continuar cuesta arriba hasta los últimos caseríos, aunque supone recortar en exceso la marcha.

Por el barrio de Goitiz se asciende por la pista asfaltada, muy pendiente y flanqueada a ambos lados por laureles y encinas, hasta que llanea al llegar a un grupo de caseríos, grandes y bien cuidados. A poco de caminar llegamos a un cruce donde hay un hangar para autobuses. Debemos seguir el ramal de la izquierda hasta el barrio de Goitiz. Pasaremos junto a un caserío muy antiguo, que tiene fijada a la pared una lápida en la que únicamente se puede leer que fue tallada hace 160 años.

Algo más arriba, tropezamos con la pista que viene de Bermeo y las marcas de GR. El resto de la ruta es la misma que la comienza en el barrio de Demiku, por lo que alcanzaremos la cumbre en 1.10 horas. La vista desde el el alto es sensacional, aunque en días despejados y con la mar calmada la isla de Izaro, anclada enfrente de la desembocadura de la ría, destaca sobre el resto. Detrás se encuentran el mar de antenas de la cumbre del Sollube. La loma cimera se prolonga hasta una cumbre menor (322 metros), que puede ser una opción para prolongar la excursión. Tras un corto descanso en la cima, podemos estar de vuelta en el aparcamiento de 2.10 horas.

Se puede realizar la travesía entre Mundaka y Bermeo en 2.30 horas, con la posibilidad de coger el tren para volver al punto en el que hemos dejado el coche.