sábado, 20 de marzo de 2010

Baldako-Txuntxurra o Baldaburu, en Markina

Los conocidos como montes costeros de Bizkaia, que surcan paralelos al litoral buena parte de la provincia, ofrecen un gran número de ascensiones sencillas y accesible para cualquier montañero tanto por sus modestas altitudes como por lo redondeado de sus perfiles. Aunque, salvo honrosas y cada vez más escasas excepciones, las plantaciones de pinos han afeado sus laderas, normalmente desde su cumbre tienen excelentes vistas de su entorno. Un claro ejemplo de todo lo dicho es el Baldako-Txuntxurra o Baldaburu, cumbre que se alza al sur de Markina y que queda ensombrecida por los cercanos Bedartzandi y Urregarai.
Nada más tomar dirección a Elgoibar sale una carretera, a la derecha, hacia Iturreta; nuestro camino. Afrontamos el tramo más tedioso de la marcha, que en buena parte discurre por asfalto, aunque estratégicos atajos balizados (curva a la derecha antes de la fábrica de Barrenetxe) nos permiten evitarlo en parte. De vuelta a la carretera, continuamos por ella hasta alcanzar un par de casas con un concesionario de coches. Nos desviamos hacia ellas (derecha), las bordeamos por detrás y ascendemos por una pista de cemento hasta el caserío Akoda. Seguimos entre campas hasta un pinar, donde debemos tomar la pista de la derecha que asciende.
La ruta discurre a partir de ahora entre pinos y no ofrece dudas. Los escasos puntos que pueden dar pie al equívoco se encuentran debidamente balizados. Uno de ellos está tras cruzar un tupido pinar jóven, al encontrarnos con una curva la izquierda que desemboca en otra pista. La seguimos por la izquierda y al poco tiempo tuerce a la derecha para llevarnos a la pista del cordal. Continuamos hacia la izquierda hasta que empieza a perder altura, en una zona de entresaca. Aquí debemos olvidarnos de la pista y afrontar la loma cimera por un tramo herboso repoblado con pinos jóvenes hasta alcanzar, siguiendo una alambrada, la cumbre. El Baldako-Txuntxurra o Baldaburu está coronado por una vértice geodésico y un viejo buzón de Artibai Mendigoizale Taldea.
Para el retorno a Markina elegimos otra ruta. Desandamos el camino hasta el punto donde habíamos accedido a la pista del cordal y, en vez de adentrarnos el pinar, seguimos por ella, ya por cemento, hacia los caseríos más altos de Iturreta. En este punto podemos alargar la excursión acercándonos hasta la remozada ermita de San Cristóbal, de estilo gótico, al final de la carretera que sube desde Markina.En el primer cruce que encontramos, en el que hay un poste de señales de PR cogemos la pista que baja a Markina por Otala (PR 24.1). El camino pasa junto a un caserío en ruinas y descende sin dudas hasta un cruce a la salida de un pinar, donde seguimos por la derecha. Pronto llegamos a un gran caserío, por cuya pista de acceso (conviene coger el atajo del pinar, a la derecha) llegamos sin pérdida a la carretera de Iturreta, cerca de unos invernaderos, por la que retornamos a Markina.

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