Espectaculares por sus dimensiones, rarezas o longevidad, los árboles singulares siempre llaman la atención de quien los contempla. Desde 1991 existían en Nafarroa 3 árboles declarados monumentos naturales, pero la lista se ha ampliado ahora con 19 más. Se trata del peral y el acebo de Bera; la sequoia del embalse de Domiko; el majuelo de Lietza; el roble de Orkin; el roble de Etxarri Aranatz; cinco robles de Irañeta; la encina de Basaura; el roble de Azantza; el arce de Lezaun; el haya de Limitaciones; el enebo de Legardeta; el quejigo de Garinoain; el nogal de Mélida; y el roble de Cortes.
La mayoría pertenecen a especies autóctonas, pero también se ha incluido una especie foránea, como la sequoia. Estos árboles singulares están protegidos por ley, con el fin de preservarlos.
Aun así, resulta indispensable mantenerlos en buenas condiciones. Precisamente tres ejemplares han sido sacados de la lista debido ha que han enfermado. De esta forma, la lista de monumentos naturales en Nafarroa queda integrada por 47 árboles excepcionales.
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