El barrio de Artaun, a cinco kilómetros de Dima, se esconde en el valle de Oba. Es un paraje precioso que conserva las esencias de la Arratia más profunda. La carretera de subida termina en una explanada, donde dejamos el coche (350 m). Cerca está el abrevadero. También los dos restaurantes.
La ruta es evidente. Es una pista de cemento que sube entre cercas y algunos nogales y se adentra en la sierra. La cuesta es fuerte y el terreno, orientado al Sur, hace sudar. Pasamos un primer cruce, Akatzabarrena. Por la izquierda se va a Belatxikieta. Sigue la remontada y se alcanza un rellano donde el pinar clarea. Estamos en la majada de Basabil (584 m). Es un refugio de emergencia.
La pista se vuelve de grava y sigue de frente, deja atrás unos castaños centenarios y luego entra entre los pinos. Alcanzamos el depósito de agua de Ikuzkieta (656 m). A la derecha queda la altura menor de Torrondieta (705 m), optativa. Por la izquierda el camino conduce a Pagofin. Por allí volveremos.
El terreno se abre y tras dos lazadas del camino (de frente) descubrimos la vertiente cubierta de hayas de Aramotz. Al fondo queda el roquedo de Leungane. A nuestra izquierda, oculto, Artaun. Es nuestro objetivo. Pronto pisamos el collado de Asuntze (780 m). Descendemos al vallejo colgado, donde pastan caballos y ovejas, y por una pista (izquierda) utilizada por los antiguos mineros y carboneros, nos internamos en Aramotz. Superamos entre hayas la pendiente, que se deja notar, antes de alcanzar la fuente de Amudia. Mana todo el año. Será el único punto de agua en todo el recorrido.
Otro esfuerzo más, ahora por terreno herboso y escalonado (izquierda), y alcanzamos en el reborde de Aramotz. Terreno kárstico donde se aferran hayas y espinos. Caballos, vacas y alguna cabra. A nuestra derecha está Leungane, techo de la sierra. Caminamos (izquierda) en dirección a la cresta de Artaun, quebrada y cubierta de hayas desmochadas. Rastros de trocha, pisadas en la roca, algún hito y bastante intuición (o GPS) nos llevarán hasta la cima de Artaun (905 m).
La ruta es evidente. Es una pista de cemento que sube entre cercas y algunos nogales y se adentra en la sierra. La cuesta es fuerte y el terreno, orientado al Sur, hace sudar. Pasamos un primer cruce, Akatzabarrena. Por la izquierda se va a Belatxikieta. Sigue la remontada y se alcanza un rellano donde el pinar clarea. Estamos en la majada de Basabil (584 m). Es un refugio de emergencia.
La pista se vuelve de grava y sigue de frente, deja atrás unos castaños centenarios y luego entra entre los pinos. Alcanzamos el depósito de agua de Ikuzkieta (656 m). A la derecha queda la altura menor de Torrondieta (705 m), optativa. Por la izquierda el camino conduce a Pagofin. Por allí volveremos.
El terreno se abre y tras dos lazadas del camino (de frente) descubrimos la vertiente cubierta de hayas de Aramotz. Al fondo queda el roquedo de Leungane. A nuestra izquierda, oculto, Artaun. Es nuestro objetivo. Pronto pisamos el collado de Asuntze (780 m). Descendemos al vallejo colgado, donde pastan caballos y ovejas, y por una pista (izquierda) utilizada por los antiguos mineros y carboneros, nos internamos en Aramotz. Superamos entre hayas la pendiente, que se deja notar, antes de alcanzar la fuente de Amudia. Mana todo el año. Será el único punto de agua en todo el recorrido.
Otro esfuerzo más, ahora por terreno herboso y escalonado (izquierda), y alcanzamos en el reborde de Aramotz. Terreno kárstico donde se aferran hayas y espinos. Caballos, vacas y alguna cabra. A nuestra derecha está Leungane, techo de la sierra. Caminamos (izquierda) en dirección a la cresta de Artaun, quebrada y cubierta de hayas desmochadas. Rastros de trocha, pisadas en la roca, algún hito y bastante intuición (o GPS) nos llevarán hasta la cima de Artaun (905 m).
Retornamos por la ladera que mira a Aramotz. Es una campa herbosa, desarbolada y abierta al viento, donde es fácil caminar. A nuestra derecha queda el valle cerrado donde se alinean Atzoker, Erdikomendi y Pagofin. Sin problema alcanzamos un cruce de caminos. Son evidentes las labores mineras. Por la derecha se va hacia el collado de Mugarrikolanda. Bajamos y pronto estamos en el depósito de agua de Ikuzkieta. Ya sólo queda pasar por Basabil y volver a Artaun.
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