lunes, 7 de marzo de 2011

Andrelorriaga, desde Idiazabal

El puerto de Etxegarate separa las tierras navarras de las guipuzcoanas. Allí comienza una línea de cimas que se orienta de sur a norte y por Balankaleku, Atxurbi y Andrelorriaga pierde altura hasta Olaberria y Beasain. Son montañas de relieve suave, cubiertas por bosques de coníferas que han sustituido al arbolado autóctono. Forman, además, la divisoria natural entre Idiazabal y Ataun.
Andrelorriaga es la última altura de entidad de estas montañas, que se incluyen dentro de la sierra de Altzania, cuando en realidad están fuera de ella. Es accesible tanto por Ataun como por Idiazabal. Elegimos esta última localidad, famosa por su queso de oveja, para acercarnos a su cima. La marcha sale de la iglesia gótica de San Miguel. Una pista asfaltada y muy pendiente sube (letrero) hasta la ermita de Gurutzeta. Es muy querida en Idiazabal. Cuenta Gorosabel (año 1862) que fue la antigua parroquia. Junto al templo se eleva el caserío Antia. Empieza el barro.
Descendemos por el viejo Camino de Santiago, maltratado por años y con las lajas levantadas y rotas. Vadeamos el arroyo Korta por el puente de Artsugarats y, por sendero y entre huertas, llegamos a los caseríos de Naparre Sagastibarrena.
Allí, la ruta (letrero) enlaza con la pista que sube al collado de Arantzatzumendi. Alterna cemento con tramos de grava y tierra pisada. No muy pendiente, pero sí monótona. Gana altura por el fondo del barranco, paralela a Korta Erreka entre un espeso bosque de pinos y robles. Sólo al final, cerca del puerto, cuando el horizonte se abre, se vuelve más exigente.
Barrera de Arantzatzumendi. A la derecha se ven los prados de Atxartikogaña y Atxurbi. Andrelorriaga queda a la izquierda. Letreros. Un corto llaneo entre árboles nos deja en terreno abierto. Estamos en la loma de Esparru. Senderos y pistas suben entre brezos y prados. Caballos, vacas y muchas ovejas. Un corto esfuerzo y pisamos la cima de Andrelorriaga o Urbaundi. Está cruzada por una alambrada. En un extremo hay unas rocas y sobre ellas, la cruz, un belén y el buzón del Amalur de Lazkao.
Hora de volver. Lo hacemos por el otro lado, por la loma de Koskarizti, cubierta de prado. Nueva cancela. De allí baja una pista que, paralela a un pinar nos llevará hasta una txabola. Más abajo están el palacio de Oiarbide (s. XVIII) y la pista. Por la izquierda, con calma, bajamos de vuelta a Naparre, el arroyo Korta, la ermita de Gurutzeta e Idiazabal.

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