La sierra de La Tesla es una alargada línea de cimas, con altos pedregosa y venteados, que separa las cuencas de los ríos Nela, en las Merindades, y Ebro, en el valle de Valdivielso. Sus puntos más elevados son Peña Corba, sobre Villarcayo, y San Mamés, casi en el centro y segunda altura de la cadena.
La aproximación a San Mamés resulta complicada. Se puede subir por Tartalés, en Valdivielso, y por Quintalacuesta, en las Merindades. El problema son las comunicaciones, por lo que el coche (o el taxi) es obligatorio.
Quintalacuesta (696 metros) nos recibe con su fuente y una casa con un escudo precioso. La Tesla cierra el horizonte por el Sur. Caminamos (izq.) por una pista que lleva a un soto. Nos encontraremos con una valla. Barro, chopos y una fuente, la de San Vicente. También hay vacas sueltas. Una pista sube por la izquierda. Es pendiente y se mete en un pinar de repoblación. Al rato, llanea y sale a terreno abierto. Allí nos espera un sendero, pisado, estrecho y muy empinado se interna en la montaña.
Cuesta arriba el pueblo se empequeñece a nuestros pies. Un paso estrecho y resbaladizo exige atención. Un amplio zig-zag y la ladera se tiende. Muy arriba, a la izquierda, se vislumbra el collado. El sendero se toma un respiro en una amplia pedrera, donde prenden los abedules y el boj, y vuelve a arrancar.
Por la derecha llega el camino de Medina y pronto pisamos el collado del mismo nombre. Hierba, romero, brezo y mucha piedra. A la izquierda se eleva el Pico La Tesla, puntiagudo y con un fuerte corte. A la derecha, San Mamés. Se alcanza por el sendero que cruza los altos. La cima es amplia. Vemos un vértice y un buzón.
Completa vista del norte de Burgos. Debajo, Villarcayo y Medina de Pomar. Al Este, los valles de Tobalina y Losa con los Montes de la Peña al Norte. Al Sur, el pico Humión techo de los Obarenes. Al Oeste, nevados en invierno, los montes de Espinosa.
Momento de continuar la marcha hacia Peña Corba, techo de la sierra, o de volver a Quintanalacuesta por el sendero de subida. Tanto en la subida como en la bajada hemos tenido a nuestros pies el castillo roquero de Montealegre o de Urria. Es una fortaleza aislada y de difícil acceso. Ocupa una atalaya rocosa inaccesible defendida por profundos barrancos. Fue edificado a finales del XIV por Pedro Fernández de Velasco, con el fin de proteger el flanco sur su condado, por donde llegaban las incursiones navarras.
Se sube a pie, por una senda que parte de la carretera, entre Urría y Valdelacuesta, a través un espeso encinar.
La aproximación a San Mamés resulta complicada. Se puede subir por Tartalés, en Valdivielso, y por Quintalacuesta, en las Merindades. El problema son las comunicaciones, por lo que el coche (o el taxi) es obligatorio.
Quintalacuesta (696 metros) nos recibe con su fuente y una casa con un escudo precioso. La Tesla cierra el horizonte por el Sur. Caminamos (izq.) por una pista que lleva a un soto. Nos encontraremos con una valla. Barro, chopos y una fuente, la de San Vicente. También hay vacas sueltas. Una pista sube por la izquierda. Es pendiente y se mete en un pinar de repoblación. Al rato, llanea y sale a terreno abierto. Allí nos espera un sendero, pisado, estrecho y muy empinado se interna en la montaña.
Cuesta arriba el pueblo se empequeñece a nuestros pies. Un paso estrecho y resbaladizo exige atención. Un amplio zig-zag y la ladera se tiende. Muy arriba, a la izquierda, se vislumbra el collado. El sendero se toma un respiro en una amplia pedrera, donde prenden los abedules y el boj, y vuelve a arrancar.
Por la derecha llega el camino de Medina y pronto pisamos el collado del mismo nombre. Hierba, romero, brezo y mucha piedra. A la izquierda se eleva el Pico La Tesla, puntiagudo y con un fuerte corte. A la derecha, San Mamés. Se alcanza por el sendero que cruza los altos. La cima es amplia. Vemos un vértice y un buzón.
Completa vista del norte de Burgos. Debajo, Villarcayo y Medina de Pomar. Al Este, los valles de Tobalina y Losa con los Montes de la Peña al Norte. Al Sur, el pico Humión techo de los Obarenes. Al Oeste, nevados en invierno, los montes de Espinosa.
Momento de continuar la marcha hacia Peña Corba, techo de la sierra, o de volver a Quintanalacuesta por el sendero de subida. Tanto en la subida como en la bajada hemos tenido a nuestros pies el castillo roquero de Montealegre o de Urria. Es una fortaleza aislada y de difícil acceso. Ocupa una atalaya rocosa inaccesible defendida por profundos barrancos. Fue edificado a finales del XIV por Pedro Fernández de Velasco, con el fin de proteger el flanco sur su condado, por donde llegaban las incursiones navarras.
Se sube a pie, por una senda que parte de la carretera, entre Urría y Valdelacuesta, a través un espeso encinar.
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