martes, 29 de enero de 2008

Aitzorrotz, vigía de los caminos


Donde antaño hubo todo un castillo que vigilaba aquella rutas de puertos y viejos caminos, ahora hay una ermita que corona el peñasco de Aitzorrotz, en el valle del Deba, lugar preferente para el asentamiento de la población.

Hay que remontarse al reinado de Sancho el Sabio, cuando las tierras vascas están bajo el cinturón de Navarra, y cuando la defensa de este reinado contra los ataques de Castilla, para saber de los primeros refuerzos de los caminos de fronteras mediante castillos.

El valle del Deba conoció importantes cotos mineros y la instalación consiguiente de numerosas ferrerías, lo que ocasionó un incesante trasiego de productos a través del mismo. El paso bajo Aitzorrotz se convirtió así en la época medieval en un camino de transporte hacia Europa y hacia Castilla de productos como la lana, paños, hierro y derivados. Al castillo de Aitzorrotz se confió la vigilancia del acceso desde Araba por Leintz-Gatazaga.

En 1556 se levantó la ermita instalada en la cima, dedicada a la Santa Cruz, y usado como refugio y puesto de vigilancia en las escaramuzas carlistas. En su base pueden observarse aún algunos restos del muro del castillo.

La peña de Aitzorrotz se levanta en un resalte de la sierra de Zaraia. El punto de partida se sitúa en el municipio de Eskoriatza.