miércoles, 20 de febrero de 2008

En la sierra de Andia

En el valle de Ollo u Ollaran, la sierra de Andia ofrece al paseante su cara más amable; un suave caminar a lomos de la sierra que se va afilando hasta alcanzar la punta de Ihurbain. La ruta se inicia en la parte alta del municipio de Arteta, donde se toma una pista que asciende, por el interior del barranco de Elizaxar. Un sinuoso trazado lleva al caminante hasta los corrales de Arteta, una pequeña majada situada junta a la modesta cumbre de Txargain -pese a su modesta altitud, llama la atención por su picuda presencia-.
Se abandona la pista junto a las cabañas y se remonta el amplio cordal, guiándose por la línea de una alambrada. El siguiente objetivo son las bordas de Goñi –protegidas al pie de la cumbre de Tregua-, unas ruinas de unos corrales a las que se accede alternando pequeños claros con un denso hayedo.
Desde tregua se desciende hacia el amplio portillo de Goñi, donde llega el camino que asciende desde el valle de Ergoiena. Se continúa por el borde del karst, siguiendo una ancha rodada marcada con grandes hitos de piedra. Se dirigen los pasos hacia la cumbre de Leziza, enfilando los vastos rasos de Andia hacia la inconfundible silueta del Berirain, que se destaca en la lontananza.
El repecho que lleva al caminante hasta la ermita de San Donato, la más alta de Euskal Herria, en la cumbre de Berirain constituye la última ascensión. Si se continúa por el lomo del cordal, se puede accedr al morro de Ihurbain, excelente mirador que se adentra en cuña, sobre los valles de Ergoiena, Sakana y Arakil.
Se inicia el regreso caminando por el borde del cortado, que apoya sus contrafuertes sobre el valle del Arakil. Por estas laderas se abren paso dos rutas que alcanzan la sierra a través de los portillos de Uharte e Irañeta. Precisamente después de rebasar este último portillo, se afronta un corto repecho que sitúa al caminante sobre el afilado cordal de la sierra de Satrustegi. Se desciende hacia lacabecera del amplio valle que se abre a los pies, donde, una vez allí, hay que dirigir los pasos hacia el pinar hasta alcanzar Senosain. En las últimas casas de la aldea, se abandona la carretera, regresando a Arteta por una parcelaria.