domingo, 24 de febrero de 2008

La senda de los buitres


El proyecto de instalación de un parque eólico en el paraje conocido como Llana de Salduero, en el término municipal del valle de Karrantza, amenaza las alturas de la sierra de Ordunte. Esta instalación provocaría un fuerte impacto en una zona de gran belleza paisajística, donde está ubicado el comedero de buitres o ‘buitrera’ de la ladera de Santipiñia.
La mejor manera de comprobar la belleza de este rincón de los montes de Ordunte es con una ascensión a Zalama por Campo Calero (Karrantza). En el camino se atraviesa la Llana de Salduero, donde se presenta la opción de subir a Lamana, una de las alturas menos visitadas de este largo arco montañoso.
El letrero ‘GR 123 Salduero’ que se encuentra en el alto de Campo Calero, en la carretera entre Lanzas Agudas y La Calera del Prado, indica la dirección de la marcha. Se comienza a caminar por una pista ancha que sube por la ladera de Santipiñia en dirección a la ‘buitrera’.
El comedero de los buitres impresiona. La envergadura de las aves, inofensivas y que no se deben molestar, y los huesos esparcidos por los alrededores atraen la atención. La ruta obliga continuar hacia las alturas. Es un continuado zig-zag que conduce hasta el collado. En este punto se alza un refugio de madera de la Diputación. Un poco más arriba, Santipiñia.
La misma pista hacia Salduero interna en el barranco de Pozo Negro (derecha). Se pasa bajo la cima de Peñalta, coronada por un curioso buzón del Lutxana, antes de alcanzar la amplia llanura herbosa de campo o Llana de Salduero. En dirección oeste aparecen Lamana o Maza de Gumadermia y la achatada cima de Zalama al fondo.
Un ancho camino que se adivina en la pradera de Salduero permite aproximarse a Lamana. La loma de subida a Zalama, cuya cumbre no se distingue desde este punto, aparece de frente. Para alcanzarla, se debe bajar sin camino hasta el collado y encarar sin sendero preciso la durísima subida final.Este tramo, muy pendiente y sin referencias se hace interminable. Unos minutos después, se llega al punto culminante de los montes de Ordunte. Zalama posee un vértice geodésico enorme. Las vistas abarcan los cuatro puntos cardinales y en los días despejados es posible ver el mar. La vuelta se realiza por el mismo camino. Y si se puede ‘jugar’ con la posibilidad de que un coche venga a buscar al montañero, siempre queda la opción de bajar hasta San Pelayo o a Aguera (Burgos).