miércoles, 30 de abril de 2008

Al encuentro de la cultura

Un indiscutible encuentro con el arte muy próximo a Donostia se obtiene llegando al Museo Chillida-Leku, un espacio mágico en el que las obras del escultor guipuzcoano Eduardo Chillida parecen tomar vida. Esta propuesta de hoy constituye un claro ejemplo de que la montaña no está reñida con el arte y de que, en ocasiones, un paseo entre obras de arte bien puede ser un agradable momento para salir a estirar las piernas.
Un caserío del siglo XVI y su cerde y extensa finca conforman este museo, en el que la naturaleza expone sus propios atributos junto al arte. Así, en los jardines del caserío Zabalaga, entre hayas, robles y magnolios, Chillida, fallecido en 2002, dispuso 40 obras, la mayoría en hierro o granito.
Algunas de las obras son de grandes dimensiones, correspondientes a distintas etapas de su medio siglo de creación. Ya en el interior del caserío, rehabilitado y vaciado, se sitúan las esculturas de pequeño formato y los grabados.
Programas pedagógicos, actividades lúdicas y conciertos completan en ocasiones la inolvidable visita al Museo Chillida-Leku, ubicado muy cerca de la fragua de Hernani en la que Eduardo Chillida comenzó sus trabajos tras su experiencia parisina. De hecho, Chillida dedicó sus últimos años, hasta su fallecimiento, a crear un espacio a la medida de su obra que merece detenida visita.