La subida se inicia en el mismo Ereño y no hay que seguir más que una pista que, por detrás del frontón, te lleva hasta un collado donde una fuerte pendiente te sitúa en la cima. Sin duda alguna, se trata de una excursión ideal para hacer en familia con pequeños, quienes tendrán la excelente oportunidad de poder disfrutar de las vistas que hay desde arriba. Se pueden ver el monte Gorbea, el valle de Durango, la ría de Mundaka y su puerto, Ea, Ibarrangelu, Nabarniz y al fondo el mar Cantábrico.
Sobre esta cima de Ereñozar existió desde al menos el siglo XII un castillo en el que algunos señores vizcaínos, capitaneados por D. Juan Núñez de Lara y el conde D. Tello, resistieron en el siglo XIV el asedio del monarca castellano Alfonso XI.Esta ermita fue al parecer la parroquia originaria del municipio, está presididapor una imagen barroca popular del patrono y alberga un sepulcro encabezado por relieve con busto orante posterior al siglo XV.
Según la tradición, el agua de lluvia recogida en la tumba cuenta con propiedades curativas de la sarna y otras enfermedades de la piel.