miércoles, 23 de abril de 2008

Los encantos de Lea-Artibai

Una de las principales características de la comarca de Lea-Artibai es su relieve accidentado, con laderas muy pronunciadas, surcadas transversalmente por estrechos y profundos valles, por los que discurren los ríos Lea y Artibai y sus afluentes.
El nombre de la comarca de Lea-Artibai se lo proporcionan sus dos ríos que estructuran la comarca en dos valles. Sus ríos y valles nacen en el sur como continuación del macizo del parque natural de Urkiola y sirve de conexión con la reserva de la biosfera de Urdaibai. En los tramos altos, algunas de cuyas riberas están bien conservadas, crecen alisos, fresnos, robles y avellanos. La vegetación acuática es muy abundante y diversa en esta cuenca.
Esta comarca ha sabido mantener las costumbres ancestrales y los modos de vida rural a través de generaciones que se suceden en los caseríos dispersos por toda su geografía. El paisaje natural de bosques dio lugar con la aparición de las ferrerías al paisaje de pastos y huertas tan característicos. Pero aún hoy se pueden encontrar reductos de encinar cantábrico con su flora característica de madroños, laureles; enredaderas como la zarzaparrilla o la rubia peregrina; repoblaciones de robles, castaños, hayas, fresnos, espinos o avellanos, así como el brezo y la argoma.
La importancia que algunos de los montes han tenido a lo largo de los siglos queda reflejado en la piedra utilizada en sus caseríos, fiel reflejo de ello es la característica arenisca utilizada en los caseríos entorno al monte Oiz y el famoso mármol de Markina obtenido de sus canteras. Para obtener una inmejorable panorámica del interior y de la costa nada mejor que ascender los montes Kalamua y Oiz. Este último, es el más alto de la comarca y el monte más joven de Bizkaia. Además, es uno de los cinco montes bocineros de Bizkaia. Actualmente es visible desde prácticamente toda la comarca debido al parque eólico situado en la cumbre.