Barrendiola es un pequeño arroyo del río Urola que viene a nacer en la tierra dedicada al hierro en Gipuzkoa. Hoy, en Barrendiola, un embalse propone un camino natural, que tiene como apoyo cultural el conocimiento de las primeras industrias ferronas.
Hay carretera para llegar al barrio de Brinkola, situado en Legazpi, pero entre Telleriarte y este barrio ferronero vale la pena hacer una andadita, a la vera del río. La verdadera excursión es seguir la pista de tierra que circunda el embalse de Barrendiola. Un terreno para caminantes o aficionados a la bicicleta poco esforzados; un camino llano que no es largo.
Lo acompañan los alisos, también los plátanos, algún roble y por supuesto bastantes pinos. En la mitad, en el vértice del camino, baja entre la umbría de avellanos y sauces, un saltarín riachuelo que no es otro que el Barrendiola. Y allí uno agradece la frescura.
Después, el camino prosigue, infatigable, y cierra el círculo a un mundo de azul. Usaron esta gua los molineros y también los ferrones, desde Brinkola hasta Mirandola, desde Mirandola hasta Legazpi, para darle a la cabecera del río Urola una historia de forja y hierro. Barrendiola es un encuentro con las fuentes de la historia.