miércoles, 16 de julio de 2008

Ganboa, corazón y mole de Aralar

Durante muchos años considerada la montaña más alta del Aralar guipuzcoano, Ganboa (1.107) es el auténtico corazón de esta sierra nombrada por todos, pero conocida sólo por unos pocos.
Superando el caserío Astamutilleta (pasando el casco urbano de Amezketa), el hormigón de la pista da paso a una de grava. Se continúa andando por la pista principal hasta alcanzar el puente de Berazeaga que permite cruzar la regata de Arritzaga. Al otro lado del puente, una senda se interna en el valle. Vencidos los primeros repechos, la borda de Andutz, con el afilado pináculo de piedra vigilando los pasos, hace de simbólico peaje al entrar en los dominios de la dama de Aralar.
Tras unas duras revueltas, frente a las cascadas de Bizutsako Saltoa, el camino discurre paralelo al río, ocupado éste en crear las gradas naturales por las que salta el agua. Superando un último espolón calizo, las antiguas instalaciones mineras quedan a al vista.
El camino alcanza una borda abandonada y cruza por dos ocasiones el arroyo. Un último contrafuerte y se obtiene la majada de Arritzaga. El itinerario continúa por la margend erecha del río hasta la fuente de Pardes-luts, punto en el que se gira a la derecha, en dirección oeste, para aofrontar los repechos que acceden a la majada superior.
Con la cima a la vista hay que entrar en la vaguada hasta el collado de Lizaso y, una vez en él, a la derecha, la cima. Se mire por donde se mire, Aralar absorbe toda la atención, ya que es imposible abstraerse al poder de esta silenciosa y hermosa sierra.