El punto de partida es el antiguo solar de Pierola, un despoblado en el que los franciscanos erigieron en el siglo XV un convento. Pese al arraigo de este lugar en la Montaña Alavesa, hoy es un lugar poco frecuentado.
Se asciende por la izquierda del convento por una pista que acerca al roquedo sur de la montaña. En apenas tres minutos se llega a una campa en donde existe una bifurcación. Se obvia el camino principal y se va por la derecha hacia el encinar. El camino se convierte poco a poco en estrecho sendero que en diez minutos lleva hasta una tupida vaguada.
Aqui la senda gira a la izquierda para remontar la vaguada. Superada ésta se alcanza un portillo en un collado. Desde aqui se sigue de frente para descender sólo 20 metros y se gira a la izquierda haciendo un corto flanqueo entre carrascas. Tres minutos más tarde se llega a un cruce de sendas.
Se toma la de la izquierda y sin salirse de ella se alcanza la línea de crestería. Desde aqui se ve ya la cumbre. Se gira a la derecha por una senda estrecha y a veces un tanto difusa hasta llegar a una alambrada. Guiándose por ella se alcanza la cumbre. El regreso puede efectuarse por uno de los caminos tradicionales que parten de Antoñana, el sendero histórico GR-1
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