domingo, 14 de febrero de 2010

Peñas de Oro, lugar estratégico en Araba

Se trata de apenas una atalaya, un peñasco calizo; pero siempre fue un lugar estratégico, un paisaje de memoria y sobre todo un lugar donde la historia ha dejado huella. En torno a las Peñas de Oro, más que caminar, se pasea admirando paisajes y buscando rcuerdos.
Se parte del costado del Santuario, ubicado en la localidad de Bitoriano (Zuia). De allí arranca una pista que hacia el sur faldea los peñascos de Atxabal, que así se llama esta pequeña montaña. Pero antes de emprender la caminata, se puede cruzar la pradera para admirar, bajo las hayas, un crucero del siglo XVII que los peregrinos veneraban antaño en sus dos relieves con figuras de Cristo y la Inmaculada. Un magnífico mirador se eleva muy cerca de allí.
Se vuelve al Santuario para seguir ahora sí bajo las rocas de Atxabal. La pista desciende ligeramente y bordea por su base todo el magnífico escarpe calizo de esta montaña, que es utilizado asiduamente por los escaladores. Por un pasillo entre calizas y robles se llega casi al final de la muralla y entonces la pista traza un zig zag para elevarse hasta el repetidor que ocupa la cima.
Estamos en Atxabal y allí mismo pueden encontrarse algunas tumbas antropomorfas de época medieval y restos casi imperceptibles de los muros del castro.
Una mirada circular desde la cúspide permite reconocer algunos de los pueblos de Zuia que se pierden siguiendo el cauce del Baias.
De retorno se vuelve al collado y se puede caminar fuea del sendero siguiendo el roquedo que enlaza con el santuario. Encontramos un paso sencillo entre las calizas a través de algunas terrazas herbosas que dejan enseguida sobre el edificio religioso.

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