viernes, 30 de abril de 2010

Amaritu, encinares y barrancos

Amaritu es una cumbre modesta pero muy conocida por los montañeros vitorianos. Su cercanía a la capital alavesa contribuye a ello, así como su cómodo ascenso. Aparentemente insignificante cuando se contempla desde abajo, su silueta redondeada y cubierta por un frondoso encinar no hace imaginar que desde la cumbre se ofrece una de las mejores visiones de la sierra de Arrato, sistema en el que se sitúa, y también del macizo del Gorbea y los pueblos de Zigoitia. Desde la iglesia del pueblo de Apodaka, se toma como referencia una cercana fuente y se desciende por la calle Beheko Landa para llegar al último caserío, desde donde se sigue el camino asfaltado que conduce al puente de Apodaka, que permite atravesar el río Zaia. Enseguida se llega a una bifurcación y se sigue el camino de la derecha que accede a un visible muro que permite ser atravesado por una puerta metálica. Al otro lado se presenta un extenso pastizal.
Hay que continuar a la izquierda de la puerta y junto a la muralla, tomando como referencia una alambrada allí situada, para acceder a las primeras pendientes de Amaritu. No tardaremos en dar con un ancho camino que asciende recto hasta la cumbre, el único que permite atravesar un frondoso bosque de encina carrasca adornado con frecuentes arbustos de madroño, testimonio de que el terreno es seco y soleado. El ascenso, en dirección oeste, es relajado, con frecuentes paradas para contemplar el paisaje desde alguno de los claros que el bosque presenta. Una vez en la cima, coronada por un vértice geodésico, un buzón y un mojón de los límites de Vitoria, conviene detenerse un buen tiempo para apreciar las cotas cercanas, todas ellas pertenecientes a la sierra de Arrato.
Nombres como Armikelo, Mojón de Arrato, Arratobe, con las ruinas de la ermita de San Bitor, Olazar, Unda, son cotas que pueden unirse en cómodas travesías dentro de esta cadena que es nexo de unión en el puerto de Aiurdin con el macizo de Gorbea. Su cumbre se presenta colosal desde la menor altitud de Amaritu. Pero lo más espectacular es el barranco de Zarandona, a los pies de Amaritu, que separa las cotas de Armikelo y Mojón de Arrato, cuyo espolón sudeste desciende altivo hasta la hondonada. Para el regreso, si no se tiene prisa, es mejor descender los roquedos de la cumbre en dirección sudoeste. Daremos con una pronunciada pista y más abajo con una alambrada que nos es necesario atravesar por el paso que invita a ello ya que, a la derecha de la misma, camuflado en el bosque, y señalado por unos hitos de piedras, se toma un sendero, breve atajo que nos situará en dos minutos en un ancho camino que seguiremos a la derecha. Éste permitirá recorrer el sombrío bosque por su vertiente norte en un trazado nordeste con sentido descendente hasta juntarse con el camino que viene del barranco de Zarandona.
A partir de ahí se continúa a la derecha y se sube hasta un paso más elevado desde donde un claro abierto en el bosque a modo de un mirador natural, permite divisar el espolón del Mojón de Arrato y la zona del monte Gorbea. El resto del camino es llano y ligeramente descendente en dirección este hasta llegar a Apodaka siempre entre un magnífico carrascal.

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