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miércoles, 6 de abril de 2011

La ermita de San Víctor de Arrotabe

Los montes de Arrato extienden su red de barrancos y ríos estacionales cubiertos de encinas entre el Parque Natural de Gorbeia y Vitoria. Allí se eleva un grupo de cimas modestas (Arrato, Armikelo, Arrotabe, Azkorrieta...), de cómodo acceso, que ofrecen espacio para largas caminatas en solitario. Elegimos Letona, junto a la autovía entre Vitoria y Bilbao, para comenzar la marcha. Aparcamiento junto a la iglesia. Volvemos unos 100 m por la calle por la que hemos subido hasta otra que asciende (izquierda) en dirección NW. Una boca de incendios roja y blanca es la referencia. Un cartel sobre un poste indica 'San Bittor Kalea'. Este rumbo NW será constante hasta el collado. Subimos por la calle flanqueados de chalets. Al cabo de unos minutos termina el asfalto y comienza la tierra. A la izquierda, vemos un depósito de agua. El sendero, bien pisado antes por las ovejas y ahora por los montañeros, se interna entre encinas y carrascas y conduce sin pérdida hasta el collado de Sanbitorlanda. En la subida hemos cruzado una valla. También se ven numerosas huellas de BTT. Una vez en el collado cambiamos de dirección. Estamos a los pies del Arrotabe, objetivo que atacamos por su izquierda. El sendero describe un amplio zigzag , que pasa por debajo de los contrafuertes que lo defienden y termina en la cima. Estamos en un rellano despejado, con algunas carrascas en un extremo. Vemos un buzón roñado y sin placa, un mojón y los muros de la ermita de San Víctor. Fue construida en 1642 y tuvo mucha devoción en la zona de Letona, Zaitegi y Olano. Ardió en 1984. En este mismo paraje aseguran que también hubo un torreón. De vuelta al collado por el camino de subida, caminamos hacia Azkorrieta. Para ello continuamos por la cresta ondulada en dirección SW. Gana altura hasta una cota de 774 m sin buzón (Orisolo) y luego desciende con suavidad. Cuando el sendero comienza a declinar y se vuelve SE, vemos sobre los árboles una marcas color fucsia, a la derecha. Indican que debemos internarnos entre las carrascas (W). Continuamos 200 m sin variar de rumbo, entre el laberinto de árboles, y coronamos el Azkorrieta o Azkurrieta. La cima es una larga y estrecha cresta de piedra caliza deleznable que termina en un claro despejado con algunas rocas. No tiene buzón ni vértice ni marca alguna. Azkorrieta se enfrenta a Mojón de Arrato (885 m), altura separada por el amplio y despejado collado de La Llana. Regresamos por la misma ruta al camino que de subida y descendemos sin pérdida a Letona, donde finaliza la excursión.

domingo, 27 de febrero de 2011

Edurne Pasabán, premiada

La alpinista Edurne Pasabán recibió el pasado viernes el premio al Alpinismo Femenino durante la celebración de la Gala del Montañismo vasco, celebrada en Vitoria. La tolosarra recogió el galardón concedido por haberse convertido en la primera y de momento única mujer que ha logrado ascender las catorce cimas más altas del planeta.
También fueron premiados Iñaki Ruiz y Fernando Rubio por el mejor proyecto alpino al ascender el pico Fairwether, en Alaska.

domingo, 3 de octubre de 2010

La playa de Garaio

Las aguas que llegan desde las montañas que rodean la Llanada al cauce del río Zadorra terminan embalsadas en los mares interiores de Ullibarri y Urrunaga. Y estos embalses también tienen sus playas para refrescarse en lo más agudo del calor. Buscaremos el parque de Garaio en las orillas del embalse de Ullibarri, convertido tras la urbanización de una parte de sus riberas en una agradable playa de agua dulce.
Las alturas de Maturana se elevan sobre el espejo de las aguas de Ullibarri y muy cerca, en la orilla, queda el último de los caseríos de Garaio y las piedras que componen la ruina de su iglesia. Esta aldea ya existía en el año 1087 y en ella se hablaba euskera todavía en el final del siglo XVIII. Pero en los años cincuenta del siglo pasado casi la totalidad de las casas de Garaio quedaron sumergidas en el pantano de Ullibarri. En sus profundidades también duermen las aldeas de Mendizabal, Orenin y Zuazo de Ganboa. Sin embargo, en sus orillas sobreviven aún Azua y Nanclares de Ganboa, reflejándose en el embalse en una bella imagen que se domina desde Garaio.
Las praderas que rodean Garaio están habilitadas con mesas y otras instalaciones que permiten al viajero encontrarse cómodo en su entorno. Desde Maturana se alcanzan siguiendo la ruta asfaltada que circunvala las orillas y concluye en amplio estacionamiento. Tomando cualquiera de los puntos de esta ruta se podrá llegar a las orillas y caminar por ellas.
Prácticamente rodeada de agua por todas partes, la península de Garaio ofrece un rincón ideal para el juego al aire libre y puede cruzarse a pie o ser recorrida por el entorno o por sus pistas en bicicleta, además de permitir el baño en cualquiera de sus orillas.
Al pie de la sierra de Arlaban, en plena llanura cerealista y tierra agrícola, Araba tiene su playa interior, refrescada por las aguas embalsadas de la montaña. Esa playa es Garaio.

jueves, 30 de septiembre de 2010

Olarizu, una pirámide en el desierto

Olarizu es como una pirámide en el desierto, es una elevación donde no hay otra, es casi el único promontorio que se atreve a estar por encima de los tejados de Vitoria-Gasteiz.
Estará el caminante en el casco urbano de la ciudad, al sur, y verá desde el llano un montecillo crucificado que no es otra cosa que el Kurutze-mendi.
Cuando se acerque el caminante a las campas de Olarizu deberá recordar que hubo aquí antes una ermita dedicada a San Martín, donde ahora hay un parque, y que antiguamente, en el siglo XVIII, hubo una iglesia, la antigua parroquia de Santa María de Olarizu.
Caminará junto a un pinar despejado, aquí unos castaños de indias, allí unos retoños de roble, los árboles vetustosmásallá...
Sobre ellos la cúspide crucificada y hacia ella una ancha pista dibujada como un cortafuegos en el terreno. Saldrá del espacio asfaltado y remontará la ladera mientras se abre la panorámica, tendrá a los lados, el labrantío, las remolachas, las patatas o el cereal que se crían a las mismas puertas de la capital alavesa.
Sube luego un repecho directo, como trazado a tiro de bala. Después un pequeño zig zag se escapa en los últimos metros entre unos esqueléticos matos de avellano. Y en un voleo se está en la cúspide, en Kurutzemendi, en el alto de Olarizu.
Arriba una gran cruz a cuyos pies reza: Santa Misión de Vitoria, 4-19 - XI - 1951, recuerda la campaña religiosa llevada a cabo en aquellas fechas por el nacional catolicismo. En derredor de ella ¿un túmulo?, ¿trincheras?, campas ralas y más atrás tajos profundos desmontados tal vez para la guerra. Ahora un simple terreno de juego. Hacia el sur, las brumas se enganchan siempre sobre los bosques de los montes de Vitoria y más lejos sobre la sierra de Toloño.
Desde allá arriba el horizonte viene a limitarse en las alturas de Gorbea y las serranías de Altzania y Aizkorri; y en todo el inmenso llano que la vista domina se extiende la medieval Vitoria rodeada toda por la extensión del municipio.
Al viajero hay que recordarle que en Olarizu se celebra fiesta cada lunes siguiente al 8 de septiembre. Se repasan entonces, comodesde hace muchos años, los mojones que delimitan la ciudad.
Los mojones se recorrían antes a caballo; ahora se hace a pie, durante toda una media jornada. La salida es solemne y participan en ella un buen número de corporativos del consistorio de Gasteiz.Visitan uno por uno todos los mojones, levantan acta de errores y novedades, y ratifican así la configuración de las tierras de la capital.
Es por la tarde cuando la romería invade la antigua dehesa de Olarizu. Allí se alinean los puestillos de rosquillas, las txoznas, los artesanos, se bebe kalimotxo a grandes tragos, se baila al son de las charangas y se hace fiesta y baile hasta más allá de la hora de la luna.
Pero fuera del día de fiesta Olarizu es todo calma, todo extensión para la vista. Y es mirada única sobre la capital alavesa.

sábado, 17 de julio de 2010

Paseo ornitológico en Vitoria

Participa en un paseo para observar las aves que pueblan el entorno de Vitoria-Gasteiz, de la mano de la Sociedad Española de Ornitología.
La actividad tendrá lugar hoy, de 8.00 a 12.00 horas. Inscripciones: Ataria, Centro de Estudios Ambietales, centros cívicos y en la web de la capital alavesa.

viernes, 30 de abril de 2010

Amaritu, encinares y barrancos

Amaritu es una cumbre modesta pero muy conocida por los montañeros vitorianos. Su cercanía a la capital alavesa contribuye a ello, así como su cómodo ascenso. Aparentemente insignificante cuando se contempla desde abajo, su silueta redondeada y cubierta por un frondoso encinar no hace imaginar que desde la cumbre se ofrece una de las mejores visiones de la sierra de Arrato, sistema en el que se sitúa, y también del macizo del Gorbea y los pueblos de Zigoitia. Desde la iglesia del pueblo de Apodaka, se toma como referencia una cercana fuente y se desciende por la calle Beheko Landa para llegar al último caserío, desde donde se sigue el camino asfaltado que conduce al puente de Apodaka, que permite atravesar el río Zaia. Enseguida se llega a una bifurcación y se sigue el camino de la derecha que accede a un visible muro que permite ser atravesado por una puerta metálica. Al otro lado se presenta un extenso pastizal.
Hay que continuar a la izquierda de la puerta y junto a la muralla, tomando como referencia una alambrada allí situada, para acceder a las primeras pendientes de Amaritu. No tardaremos en dar con un ancho camino que asciende recto hasta la cumbre, el único que permite atravesar un frondoso bosque de encina carrasca adornado con frecuentes arbustos de madroño, testimonio de que el terreno es seco y soleado. El ascenso, en dirección oeste, es relajado, con frecuentes paradas para contemplar el paisaje desde alguno de los claros que el bosque presenta. Una vez en la cima, coronada por un vértice geodésico, un buzón y un mojón de los límites de Vitoria, conviene detenerse un buen tiempo para apreciar las cotas cercanas, todas ellas pertenecientes a la sierra de Arrato.
Nombres como Armikelo, Mojón de Arrato, Arratobe, con las ruinas de la ermita de San Bitor, Olazar, Unda, son cotas que pueden unirse en cómodas travesías dentro de esta cadena que es nexo de unión en el puerto de Aiurdin con el macizo de Gorbea. Su cumbre se presenta colosal desde la menor altitud de Amaritu. Pero lo más espectacular es el barranco de Zarandona, a los pies de Amaritu, que separa las cotas de Armikelo y Mojón de Arrato, cuyo espolón sudeste desciende altivo hasta la hondonada. Para el regreso, si no se tiene prisa, es mejor descender los roquedos de la cumbre en dirección sudoeste. Daremos con una pronunciada pista y más abajo con una alambrada que nos es necesario atravesar por el paso que invita a ello ya que, a la derecha de la misma, camuflado en el bosque, y señalado por unos hitos de piedras, se toma un sendero, breve atajo que nos situará en dos minutos en un ancho camino que seguiremos a la derecha. Éste permitirá recorrer el sombrío bosque por su vertiente norte en un trazado nordeste con sentido descendente hasta juntarse con el camino que viene del barranco de Zarandona.
A partir de ahí se continúa a la derecha y se sube hasta un paso más elevado desde donde un claro abierto en el bosque a modo de un mirador natural, permite divisar el espolón del Mojón de Arrato y la zona del monte Gorbea. El resto del camino es llano y ligeramente descendente en dirección este hasta llegar a Apodaka siempre entre un magnífico carrascal.