jueves, 30 de septiembre de 2010

Olarizu, una pirámide en el desierto

Olarizu es como una pirámide en el desierto, es una elevación donde no hay otra, es casi el único promontorio que se atreve a estar por encima de los tejados de Vitoria-Gasteiz.
Estará el caminante en el casco urbano de la ciudad, al sur, y verá desde el llano un montecillo crucificado que no es otra cosa que el Kurutze-mendi.
Cuando se acerque el caminante a las campas de Olarizu deberá recordar que hubo aquí antes una ermita dedicada a San Martín, donde ahora hay un parque, y que antiguamente, en el siglo XVIII, hubo una iglesia, la antigua parroquia de Santa María de Olarizu.
Caminará junto a un pinar despejado, aquí unos castaños de indias, allí unos retoños de roble, los árboles vetustosmásallá...
Sobre ellos la cúspide crucificada y hacia ella una ancha pista dibujada como un cortafuegos en el terreno. Saldrá del espacio asfaltado y remontará la ladera mientras se abre la panorámica, tendrá a los lados, el labrantío, las remolachas, las patatas o el cereal que se crían a las mismas puertas de la capital alavesa.
Sube luego un repecho directo, como trazado a tiro de bala. Después un pequeño zig zag se escapa en los últimos metros entre unos esqueléticos matos de avellano. Y en un voleo se está en la cúspide, en Kurutzemendi, en el alto de Olarizu.
Arriba una gran cruz a cuyos pies reza: Santa Misión de Vitoria, 4-19 - XI - 1951, recuerda la campaña religiosa llevada a cabo en aquellas fechas por el nacional catolicismo. En derredor de ella ¿un túmulo?, ¿trincheras?, campas ralas y más atrás tajos profundos desmontados tal vez para la guerra. Ahora un simple terreno de juego. Hacia el sur, las brumas se enganchan siempre sobre los bosques de los montes de Vitoria y más lejos sobre la sierra de Toloño.
Desde allá arriba el horizonte viene a limitarse en las alturas de Gorbea y las serranías de Altzania y Aizkorri; y en todo el inmenso llano que la vista domina se extiende la medieval Vitoria rodeada toda por la extensión del municipio.
Al viajero hay que recordarle que en Olarizu se celebra fiesta cada lunes siguiente al 8 de septiembre. Se repasan entonces, comodesde hace muchos años, los mojones que delimitan la ciudad.
Los mojones se recorrían antes a caballo; ahora se hace a pie, durante toda una media jornada. La salida es solemne y participan en ella un buen número de corporativos del consistorio de Gasteiz.Visitan uno por uno todos los mojones, levantan acta de errores y novedades, y ratifican así la configuración de las tierras de la capital.
Es por la tarde cuando la romería invade la antigua dehesa de Olarizu. Allí se alinean los puestillos de rosquillas, las txoznas, los artesanos, se bebe kalimotxo a grandes tragos, se baila al son de las charangas y se hace fiesta y baile hasta más allá de la hora de la luna.
Pero fuera del día de fiesta Olarizu es todo calma, todo extensión para la vista. Y es mirada única sobre la capital alavesa.

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