jueves, 29 de abril de 2010

La senda de Zarate

Resplandeciente en verano y nevada en invierno, la cruz que corona su cumbre redondeada atrae a los excursionistas, que al menos una vez en la vida dirigen sus pasos hacia unos altos solitarios donde el viento susurra historias de brujas, pastores y batallas.
La cumbre es accesible por todas su vertientes, aunque la subida ‘clásica’ parte de Zeanuri, pasa por el collado de Zanburu y alcanza la cima por la campa de Arraba y Egiriñao. Sin embargo, la vía directa es la que sube de Zarate, en el valle de Zuia, y pisa el antiguo camino carretil que en los albores del siglo XX sirvió para transportar la cruz hasta el alto. El monumento original fue entronizado el 12 de noviembre de 1901. Medía 33 metros y la nieve lo derribó aquel mismo invierno. La cruz actual mide 18 metros y es visible desde buena parte del territorio vasco.
Se sale de Zarate (730 m.) por la ruta trazada para los carros de bueyes que en 1900 subieron las vigas y el cemento de la cruz. Primero entre pinos y luego a través de un robledal, el camino gana altura con suavidad hasta el collado de Arrantigarran, bajo Alpartizar. Es una cima menor cubierta de matorrales y pinos que queda a la derecha. A la izquierda vemos Markina, el barranco, el espeso hayedo de Ugalde y, destacada, la cima de Berretin.
Dejamos atrás el mojón de Iturrikiano para llegar a un cruce de caminos a los pies del Araza. Por la derecha sale la senda que sube hacia la campa de Sekelekuarre y la fuente y refugio de Pagazuri. Nosotros encaramos el ancho cortafuegos que, de frente, por terreno abierto y con un pinar a la derecha, asciende de manera directa hasta la cumbre de Araza.El alto es llano y despejado. Está coronado por un buzón y ofrece un extenso panorama tanto de La Llanada como de La Cruz, que ya vemos más próxima. Siempre por el cortafuegos perdemos unos metros de altura hasta una plantación de hayas rodeada por un alambrada. La línea de postes nos encamina hasta la pista que viene de Pagazuri. Hay un letrero indicador.
El camino hacia Arroriano y Gorbea comienza allí mismo. Presenta una fuerte pendiente hasta un hayedo muy degradado. Una vez rebasados los árboles, con la cima de Arroriano (optativa) a nuestra derecha, entramos en un amplio llano cubierto de brezo donde sobresalen algunas piedras. Ya sólo nos resta superar la pala final y alcanzar la meseta cimera. La cruz se recorta en el horizonte en el extremo superior.Junto al monumento, además de numerosos buzones, vemos una mesa de orientación colocada en 1931 por montañeros de Vitoria. Es una placa de lava de 80 centímetros de diámetro. Nos ofrece la silueta de 106 montañas. En los raros días con visibilidad óptima, la distancia más lejana que se ve son los Pirineos Centrales, a 230 kilómetros. También se distinguen los Picos de Europa, la sierra de La Demanda y Urbión.
La vuelta a Zárate se realiza por la ruta de subida y se hace dura y larga. En total, son 5h.35’ horas de excursión, incluyendo una larga pausa en el alto.

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