viernes, 23 de abril de 2010

El encinar de Marua

Los montes que rodean la ría de Urdaibai y su protegido espacio natural acogen una de las últimas y más importantes manchas de encinar cantábrico de la costa vasca. Atxarre, Burretxagane, Ereñozar y Atxondo son algunas de estas cumbres, modestas en altitud pero con nada desdeñables desniveles por su cercanía al mar, que delimitan la Reserva de la Biosfera y acogen buena parte de su patrimonio natural.
El pequeño cordal de Atxarre delimita la desembocadura del Oka por su margen derecha, sobre las playa de Laida y Laga y el pueblo de Ibarrangelu. Burretxagane, al sur, y Atxarre, al norte, delimitan este modesto macizo, en el que esta última cumbre se lleva toda la popularidad merced a la ermita que corona su cumbre. Sin embargo, entre los dos montes citados se alza el Marua, la principal cota con su 362 metros del cordal, y quizá la menos conocida de todas.
Conquistada en todos sus extremos por el tupido encinar, como todo el macizo, su ascensión se convierte en un penoso ejercicio en el que salir indemne de rasponazos es misión casi imposible. Por ello, se hace imprescindible el bastón, más útil como arma para abrirse camino que como apoyo, y el uso de pantalón y mangas largas, por mucho que el tiempo invite a llevar prendas más ligeras.
La ascensión no ofrece problemas en cuanto a orientación, ya que sólo hay abierto un camino en medio de esta auténtica selva, aunque una vez metidos en él hay que tener cuidado de no desviarse y acabar entre la maraña de árboles y zarzas. Por eso, conviene no perder de vista las marcas de pintura que jalonan el sendero.La marcha comienza en el barrio de Garteiz, al que se llega desviándose a la izquierda unos centenares de metros antes de llegar a Akorda. Poco antes de alcanzarlo, veremos la cruz de señales que indica la ruta al cercano Atxarre. Una vez en Garteiz, cruzaremos entre sus caseríos y nos adentraremos en el pinar, donde enseguida nos toparemos con una bifurcación en la que hay que seguir a la izquierda. Al rato, los pinos dan paso a los eucaliptus, punto en el que cogeremos un desvío a la derecha que llanea por el pinar.
De pronto, entre los pinos se alza un pequeño grupo de castaños, en cuya base un banco de piedra ofrece descanso al caminante. Debemos estar atentos a esta referencia porque es el punto en el que dejaremos la pista, que continúa hasta el llano de Dantzaleku, donde a su vez comienza la ascensión al Atxarre.
Justo a la izquierda del banco de piedra nace la senda que se adentra en el encinar, que en los primeros metros casi obliga a transitar a cuatro patas en los tramos más tupidos. Más arriba, en un sector llano, no deberemos pasar de largo un desvío a la izquierda (0h.15’) que nos adentra en la parte más pedregosa de la ruta. Cerca ya de la cumbre, cruzaremos una pequeña depresión (0h.40’) y saldremos de ella por la izquierda para afrontar los metros finales hasta las rocas cimeras, coronadas por un buzón del club Goizale de Gernika. Quien espere tener bonitas vistas de Urdaibai se llevará una decepción, ya que el encinar impide toda panorámica. El retorno, obligado por la ruta de subida.

No hay comentarios: