Al igual que otros pueblos, los vascos han recurrido históricamente a los remedios naturales para combatir enfermedades. Las mujeres solían ser las depositarias de esta sabiduría popular sobre los poderes de las hierbas para hacer pócimas y ungüentos cuando no existían otros recursos medicinales.
Esta práctica ancestral se vio bruscamente truncada en Nafarroa a partir de los siglos XVI y XVII, coincidiendo con la invasión castellana. En unos tiempos en que la iglesia tenía un inmenso poder, las mujeres que participaban en los akelarres, practicaban exorcismos o ejercían de curanderas eran vistas como brujas.
Cinco siglos después ha sido elaborado el mapa de la brujería navarra, que traza una línea desde Zangotzaldea e Irunberri hasta Ameskola. Al norte de esa línea se encuentran los principales escenarios brujeriles, agrupados en cuatro rutas para ser realizadas en coche.Se trata de una invitación a conocer el tormento que sufrieron las mujeres navarras acusadas de brujería, precisamente en el año que se cumplen cuatro siglos del famosos Auto de fe de Logroño, que supuso la quema en la hoguera de once vecinos de Zugarramurdi.
Esta práctica ancestral se vio bruscamente truncada en Nafarroa a partir de los siglos XVI y XVII, coincidiendo con la invasión castellana. En unos tiempos en que la iglesia tenía un inmenso poder, las mujeres que participaban en los akelarres, practicaban exorcismos o ejercían de curanderas eran vistas como brujas.
Cinco siglos después ha sido elaborado el mapa de la brujería navarra, que traza una línea desde Zangotzaldea e Irunberri hasta Ameskola. Al norte de esa línea se encuentran los principales escenarios brujeriles, agrupados en cuatro rutas para ser realizadas en coche.Se trata de una invitación a conocer el tormento que sufrieron las mujeres navarras acusadas de brujería, precisamente en el año que se cumplen cuatro siglos del famosos Auto de fe de Logroño, que supuso la quema en la hoguera de once vecinos de Zugarramurdi.
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