martes, 13 de julio de 2010

Collado de Ernaz: El Tributo de las Tres Vacas

El 13 de julio es una fecha clave e importante en el Pirineo. Allí donde el hombre y la historia decidieron dividir los territorios y separar a las comunidades; allí donde pusieron mojones y fronteras, siguen manteniéndose lazos de compromiso que sellan viejos pactos.
El collado de Ernaz está situado en los términos de Isaba (Navarra) y Areta (Bearne). Siguiendo la línea de la divisoria pirenaica desde el collado de Arrakogoiti o Urdaite, se remonta a la cumbre de Lakora (1.847 m.).
Siempre limitando con Zuberoa, descendemos al portillo de Eraize (1.608 m.), llamado también Araiz. Aquí está el mojón fronterizo y podemos ver la hondonada verde y el arranque del cañón de Uhadjarre que lleva a Sainte Engrace. Dejando a nuestra derecha al herboso Zanpori con sus 1730 m., nos metemos en la zona kárstica de Larra, ahora por carretera, que sigue bastante bien el trazado del antiguo camino. A unos cuatro kms. tenemos la hoyada de Zibadera con el barranco Zibadere que lleva hacia Zuberoa.
Desde aquí observamos en el horizonte, a 1.721 m., el collado de Ernaz y Peña de San Martín. La carretera, dando una gran vuelta, accede al paso fronterizo, rozando el mojón n.º 262, donde anualmente -el día 13 de julio- se celebra desde tiempo inmemorial el Tributo de las tres vacas, que cobran los pueblos roncaleses de Isaba, Uztárroz, Urzainqui y Garde a varios pueblos del valle francés de Baretons. Es preferible subir a pie, rozando la boca de la sima de San Martín, la más profunda de Europa.
El collado de Ernaz tiene a su izquierda el monte de Leja con 1.822 m. A su derecha, una serie de lomas y barrancadas de pastizales -zona de litigios- que enlaza con la falda de Arlas y la famosa fuente de Pescamón. La cumbre de Arlas (2.062 m.) es límite de Isaba y Areta. En esta fuente se originó el primer choque, de la historia que conocemos como cercana, entre roncaleses y baretonenses sobre la prelación de abrevar al ganado.
En el archivo del Ayuntamiento de Isaba existe, dentro de una caja de hierro, el libro llamado Hernaz, relativo al mencionado Tributo de las Tres Vacas