viernes, 29 de octubre de 2010

Bilbao duplica el ideal europeo de zonas verdes

Tener el monte a un paso de casa es una de las ventajas de vivir en el 'botxo'. El Pagasarri, el Artxanda, el Arraiz, el Avril... son los 'pulmones verdes' de Bilbao, que esconden rincones de gran belleza acentuada en esta época por los tonos ocres del otoño. Más de cinco millones de metros cuadrados de parques forestales aguardan a que los bilbaínos se decidan a disfrutar de sus encantos. Junto a ellos, tres millones de metros de zonas verdes jalonan el corazón de los barrios. Una vasta superficie de la que cada bilbaíno se llevaría 25 metros cuadrados en un hipotético reparto. Y la cifra no es baladí, ya que casi duplica el ideal europeo de 15 metros cuadrados por ciudadano.
La villa ha cambiado el gris industrial por el verde en los últimos años. Hace poco más de una década, en 1999, cada bilbaíno contaba con seis metros cuadrados de parque. Ahora, se superan los 20. Para conseguir el aumento, el Ayuntamiento ha desarrollado diferentes proyectos en este tiempo y sólo en el último año ha creado más de 90.000 metros cuadrados de zonas verdes en el centro de la ciudad, una importante inversión que se ha redondeado con la creación del parque forestal de Arraiz.
Un gran anillo verde abraza la ciudad y permite adentrarse en las zonas naturales desde los barrios a través de diez accesos. En total, más de 70.000 metros de camino que requieren de cuidados para que luzcan en perfecto estado y los amantes de la naturaleza puedan transitar por ellos sin problemas. En los últimos tiempos, el Consistorio ha acondicionado unos 16.250 metros de este anillo perimetral y ha mejorado desde 2006 más de 26.350 metros de los caminos forestales que atraviesan los montes.
Perderse por estas sendas y pistas bilbaínas resulta cada vez más complicado. El Consistorio ha colocado señales direccionales en todos los caminos para facilitar la orientación de los montañeros y paseantes. También tiene previsto instalar nuevos paneles panorámicos en los que se recogerá información sobre los montes cercanos, fuentes, áreas de recreo y restos arqueológicos que se ubican en el entorno.

En los montes de Bilbao han echado raíces coníferas y otros árboles de crecimiento rápido. En otro tiempo la política medioambiental apostó por este tipo de ejemplares por su rentabilidad en el mercado de la madera. Sin embargo, su crecimiento genera un grave impacto medioambiental que afecta a los animales que viven en su entorno. Ahora, el Consistorio se ha decantado por la plantación de más de 23.400 unidades de especies autóctonas como abedules, robles del país, hayas y fresnos y algunas extranjeras como tilos o robles americanos.
A través de estos árboles, el paseante puede contemplar vistas privilegiadas de la villa. Desde el parque Pikotamendi, en Artxanda, la calima difumina la ciudad y la torre Iberdrola se erige como un gran faro con el Museo Guggenheim a sus pies. En el monte Avril, la vista alcanza todo el valle del Txorierri y si los cipreses que todavía quedan en el Arraiz lo permiten, una espectacular panorámica descubre el Gran Bilbao, desde la desembocadura de El Abra hasta el flamante Bilbao Arena.

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