miércoles, 9 de febrero de 2011

La cueva de Ikaburu

Bajo los verdes prados de Urdazubi, el río Urtxume ha modelado durante cientos de miles de años un tesoro subterráneo: las cuevas de Ikaburu, Akerdi y Berroberria. Un universo de estalactitas y estalagmitas que ha sido ocupado a lo largo de miles de años por animales, humanos... y dicen que también por las lamias, las ninfas de nuestra mitología.
Refugio del hombre prehistórico, las cuevas de Urdax son consideradas el yacimiento del paleolítico superior más importante de Nafarroa, habiéndose encontrado en las excavaciones realizadas vestigios de la presencia de nuestros antepasados hasta hace 20.000 años, como buriles, raspadores, arpones de silex... En una de sus cuevas, la de Akerdi, se han hallado incluso muestras de arte rupestre con grabados de un bisonte, un ciervo y un caballo. Ya en nuestra era, las cuevas fueron también escenario de akelarres y refugio de guerrilleros y contrabandistas.
Parte de este magnífico patrimonio puede ser contemplado en la cueva de Ikaburu -única gruta visitable del conjunto-, que recientemente ha renovado su iluminación.
Además, se ha habilitado a la entrada un nuevo espacio de interpretación, en el que el visitante puede encontrar detallada información geológica e histórica de la caverna.

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