La altiva silueta del Anboto domina por todos sus flancos los montes del Duranguesado. A su alrededor las cumbres que lo escoltan se han acostumbrado a vivir a su sombra. Hoy vamos a hacer una visita a dos de ellas, Andasto e Iruatxeta, nombre oficial del aún más conocido como Ipizte. Ambas ofrecen dos de las panorámicas más imponentes que se puede tener la colosal morada de Mari y, como curiosidad, las dos se encuentra en territorio alavés.
Vamos a utilizar para ascender hasta las alturas del macizo la vieja calzada que desde Arrazola remontaba el barranco de Errekaundi y cruzaba hasta Aramaiona. Utilizada en tiempos ancestrales por arrieros, pastores y carboneros -algunos bellos tramos aún son visibles en el hayedo de Andasto- su uso ha quedado relegado hoy en día a los montañeros y senderistas.
Desde el aparcamiento de Arrazola, enfilamos hacia el Anboto subiendo por la calle que deja atrás el barrio, pasa junto al caserío Iturriza (obviamos el desvío a la derecha) y llega a otro caserío. Allí acaba el asfalto. A la derecha, remontamos entre campas hasta la entrada de un pinar, junto a un depósito de aguas, girando de nuevo a la derecha tras un paso canadiense. Continuamos subiendo cómodamente y en una trifurcación junto a una borda seguimos la pista del centro, aunque al poco, en una curva, la dejamos para coger (dcha.) un camino que deja atrás el bosque y, ya por la calzada, se adentra en el barranco Errekaundi.
Junto al río, que cruzaremos varias veces, ganamos altura en un agradable paseo. Tras el cuarto vadeo (dcha.), nos alejamos del arroyo para remontar por el hayedo y en amplios zigzgas la vertiente oeste del Andasto, a cuyo cordal no tardamos en llegar. A nuestra izquierda se alza la peña cimera, que requiere una pequeña trepada para auparse al buzón y disfrutar de las vistas del Anboto.
Volvemos a la pista, que más arriba confluye con la que viene de Zabalaundi y se dirige (izd.) al collado de Ipiztekoarriaga. Pero antes, junto a un cartel que indica la cueva de Santa Cruz, giramos (dcha.) para remontar la loma herbosa de l Iruatxeta antes de adentrarnos en su áspero karst y remontar hasta la cima. De vuelta a la pista de Zabalandi, bajamos hasta Ipiztekoarriaga y su inconfundible borda para coger allí (izd.) la pista que, en un largo descenso, nos llevará hasta el área recreativa en la que termina la Vía Verde de Arrazola. Finalmente, un agradable paseo por ella nos devolverá al pueblo.
Vamos a utilizar para ascender hasta las alturas del macizo la vieja calzada que desde Arrazola remontaba el barranco de Errekaundi y cruzaba hasta Aramaiona. Utilizada en tiempos ancestrales por arrieros, pastores y carboneros -algunos bellos tramos aún son visibles en el hayedo de Andasto- su uso ha quedado relegado hoy en día a los montañeros y senderistas.
Desde el aparcamiento de Arrazola, enfilamos hacia el Anboto subiendo por la calle que deja atrás el barrio, pasa junto al caserío Iturriza (obviamos el desvío a la derecha) y llega a otro caserío. Allí acaba el asfalto. A la derecha, remontamos entre campas hasta la entrada de un pinar, junto a un depósito de aguas, girando de nuevo a la derecha tras un paso canadiense. Continuamos subiendo cómodamente y en una trifurcación junto a una borda seguimos la pista del centro, aunque al poco, en una curva, la dejamos para coger (dcha.) un camino que deja atrás el bosque y, ya por la calzada, se adentra en el barranco Errekaundi.
Junto al río, que cruzaremos varias veces, ganamos altura en un agradable paseo. Tras el cuarto vadeo (dcha.), nos alejamos del arroyo para remontar por el hayedo y en amplios zigzgas la vertiente oeste del Andasto, a cuyo cordal no tardamos en llegar. A nuestra izquierda se alza la peña cimera, que requiere una pequeña trepada para auparse al buzón y disfrutar de las vistas del Anboto.
Volvemos a la pista, que más arriba confluye con la que viene de Zabalaundi y se dirige (izd.) al collado de Ipiztekoarriaga. Pero antes, junto a un cartel que indica la cueva de Santa Cruz, giramos (dcha.) para remontar la loma herbosa de l Iruatxeta antes de adentrarnos en su áspero karst y remontar hasta la cima. De vuelta a la pista de Zabalandi, bajamos hasta Ipiztekoarriaga y su inconfundible borda para coger allí (izd.) la pista que, en un largo descenso, nos llevará hasta el área recreativa en la que termina la Vía Verde de Arrazola. Finalmente, un agradable paseo por ella nos devolverá al pueblo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario