viernes, 27 de mayo de 2011

Pico Etxekortia, desde el col de Napal

La Selva de Arbaila es una importante 'mancha' forestal que abraza al pico Etxekortia envolviéndolo de vegetación arbórea. Sin embargo el zenit de esta cota está despejado, permitiéndonos una interesante vista panorámica del oriente suletino.
La carretera vecnal que traspasa el col de Napal dispone de una pista en cada una de sus orillas. Una de ellas tiene un poste indicativo del GR 78 en su acceso que nos sirve para determinar que nuestro camino es el contrario: la pista que sube por las palomeras.
Caminamos por ésta, cruzando el dominio de puestos de caza, y en la primera bifurcación continuamos por la izquierda, llegando hasta un portillo que advierte del terreno privado sito tras éste. Una decena de metros previa al portillo hay un camino ascendente a la izquierda, subimos por éste y una baliza de franjas verdes y amarillas garantiza la dirección óptima.
Así, con el capote arbóreo del bosque de Olhaberrieta protegiéndonos, emprendemos un grato pase ascendente. Sin mucho esfuerzo confluimos con una pista que seguiremos a partir de ahora hasta que finalice en el cayolar de Etxekortia.

En el transcurso del itinerario ascendente obtenemos magníficas postales de los prados extendidos entre Maule y Atharratze, con el fondo de los picos pirenaicos creando un gran contraste. A su vez, adivinamos en el roquedo erguido enfrente una visión parcial de la cumbre a la que nos encaminamos.

Una vez desembarcados en el prado de Etxekortia dejamos la pista una centena de metros previos al cayolar y giramos a la izquierda, dirigiéndonos hacia el collado emplazado entre Etxekortia y Elisarre, desde el cual se extiende una ldera verde salpicada de rocas.

Hay un primer tramo con sendero visible y el siguiente ya no dispone de éste, aunque tampoco es necesario para arribar en el paso, virar a la izquierda y por un sendero llegar hasta un alto que nos ubica sobre la ladera norte. Allí giramos a la derecha, hacia el sur, un par de docenas de metros y pisamos la cima distinguible por un gran cairn.

Para el regreso retrocedemos sobre nuestros pasos hasta el citado punto que domina la ladera norte, procediendo a bajar directamente por ésta, con el cayolar como referencia. Retornamos así hasta la pista, desde donde emprendemos el viaje de vuelta a Napal a través de de los bosques de Olhaberrieta.

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