sábado, 9 de julio de 2011

Alcaste, gran cima de la Sierra de Urbión

El valle glaciar del río Urbión es una entalladura recta de 15 km, que conduce al montañero hasta el Pico Urbión (2.228 m.), punto culminante de la sierra. Es uno de los valles más hermosos de La Rioja. Despoblado y salvaje, permite largos recorridos en solitario. También facilita el acceso a las alturas circundantes, entre las que destaca el Alcaste o Gorrincheta (1.785 m), techo de Viniegra de Abajo, en las Siete Villas.
Se sale de Trambosríos (1.030 m), en la unión del Ormazal y Urbión. Caseta y puente. Nos adentramos en el valle por un antiguo camino tallado a la roca, paralelo al río, oculto por el bosque de ribera. A un lado quedan la cascada y cueva de El Chorrerón, y aparece la ermita de San Millán. El valle se abre y el camino remonta el curso del Urbión hasta las lagunas. La ladera de los montes Matajuria y Gorrincheta (su nombre) está a la derecha.
Hay que trepar por ella. Hasta los años 50 del siglo pasado fue un cuidado pastizal. Un camino remontaba esta cuesta hasta el collado Grande (1.479 m). Ha desaparecido. Robles y escobas han invadido los prados. Cruzamos un segundo puente que nos deja frente a un barranco. Hay dos opciones. La primera remonta (izq.) un fuerte espolón, mientras que la segunda -más recomendable- sube por la derecha, por una zona de tierra roja, donde senderos de animales facilitan la marcha entre robles algo cerrados, zarzas y grandes escobas. Tras numerosos zig-zag pisamos el collado.
El horizonte se abre. Caminamos por terreno libre, en una zona de pastos salpicados de brezo, retama y escobas. A la izquierda se alzan una cima anónima y detrás, el Alrucea. En frente, aparecen la cota de La Puza y al fondo, redondeado y herboso, el Alcaste. Vemos un gran depósito de agua con chorro y un helipuerto. Más arriba está la pilona de la Fuente Fría. Una pista facilita la marcha. La dejamos y por prado (derecha) alcanzamos La Puza, altura rocosa sin buzón.
El descenso es por hierba hasta la pista. Es visible la gran escombrera de un yacimiento de hierro (hematíes) que no se llegó a explotar. Abandonamos el camino y, por prado, iniciamos la larga subida al Alcaste. Pasamos un primer collado (Gomicete, 1.611 m.) y seguimos hasta la cima, señalada con un mojón de piedras y un palo. Más abajo, derecha, hay un bosquete de pinos de repoblación que sirve de protección contra el viento. La vista abarca media montaña riojana.
La bajada es por pista, muy tendida en algunos tramos, que desciende recta hasta el collado Collaranzas. Sobre él se eleva el Teilo (1.398 m.), sin buzón. El descenso sigue por antiguos bancales hasta una visible pista de grava (Barranco Valle Lacalle) y, ya en ella con un bonito encinar a la derecha, hasta la perrera municipal y el río Urbión, por cuyo puente romano y entramos en Viniegra de abajo, tierra de indianos.

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