martes, 4 de marzo de 2008

Leche de luna bajo el Ernio


Entre las oquedades del macizo del Ernio, en la provincia de Gipuzkoa, fluye un río de leche de luna (moonmilk), el único del mundo. Es, en realidad, un caudal formado por una extraña sustancia que la naturaleza decanta en estado sólido o plástico, y que en unas galerías subterráneas del macizo guipuzcoano se filtra en estado líquido. Este río fue descubierto en 2004 por un grupo de espeleólogos de la sociedad científica Aranzadi, y su localización exacta es todavía secreta para prevenir el expolio del patrimonio espeleológico.
Este grupo ha explorado, topografiado y tomado muestras de las cavidades por las que discurre el río, durante algo más de 150 metros, y de su contenido, pero no han podido determinar todavía su composición mineralógica. De hecho, una de las hipótesis de trabajo es que pueda identificarse un nuevo mineral.
El hallazgo fue casual pero fruto de la constancia. Los espeleólogos de Aranzadi tienen localizadas 1.900 cuevas y simas en Gipuzkoa y la cifra aumenta año tras año porque la búsqueda es incesante. Con el río de leche de luna se toparon cuando indagaban en una cueva de acceso muy abrupto y peligroso. Esta circunstancia impide, de momento, una investigación más a fondo que probablemente aportaría luz sobre la enigmática composición.
El término moonmilk proviene del nombre de una cavidad kárstica situada al sur del monte Pilatus (1.710 metros, Suiza). Conocida desde el siglo XVI, se le denominó Höhle mondmilchloch (caverna de la leche de luna), porque en su interior había unos depósitos de color blanco, muy apreciados por sus supuestas virtudes terapéuticas. La farmacopea europea los utilizó entre los siglos XVI y XVIII como ungüento para úlceras, como antidiarreico y contra las fiebres malignas, e incluso para uso cosmético.