viernes, 18 de abril de 2008

Nacedero del Larraun en Iribas

A la umbría de un imponente vergel arbóreo, el Larraun juega al escondite con el paseante; nace, se esconde y aparece de nuevo en el pueblo de Iribas, como si fuera obra de un mago. Este arroyo mana del interior del acantilado de Aitzarrateta a borbotones, turbio y con exagerado brío los días posteriores a las lluvias.
El lugar idóneo para comenzar el recorrido es el aparcamiento a la entrada del pueblo de Iribas. Se cruza el pueblo por su iglesia románica y desde el frontón cubierto se gira a la izquierda para tomar la pista que, al poco tiempo, prohibe el paso de vehículos.
El camino totalmente señalizado remonta la corriente del río por la pista de arriba, disfrutando de los fresnos, castaños, robles y avellanos. Se sigue la pista principal sin descender al río, ascendiendo levemente para alcanzar un cruce. Se toma la pista de la izquierda (la de la derecha se dirige hacia San Miguel de Aralar) que desciende hacia la borda de Arotzenea.
Se sigue río arriba hasta las hermosas ruinas del molino que anteceden a la impresionante muralla extraplomada de Aitzarrateta donde brota el arroyo del Ertzilla (nombre de las primeras aguas del río Larraun) desde su interior.
Se retorna unos 200 metros para tomar el camino de la derecha que acompaña al incipiente riachuelo. La humedad de la vegetación abriga este tramo que discurre por el fondo del valle de viejos castaños, acompañados de robles, avellanos y sauces.
Cuando el letrero indica Ertzilla se observa cómo el cauce describe un signo de interrogación. Una curva donde el río desaparece como un interrogante. Se recorre la península de robles y fresnos para localizar el sumidero que va filtrando el agua, desvaneciendo entre las ramas. Se vuelve al camino, se cruza a la otra vertiente, se asciende la corta pendiente y se dirigen los pasos por la segunda pista a la izquierda hasta una caseta de captación de aguas. Más abajo aparece la sima de Lezegalde, protegida por el muro.
Se camina por el ‘valle seco’ (Uhantxoko) por encima del río subterráneo hasta el paraje de Basakaitz donde resucita el arroyo formando, con las aportaciones de otros, el río Larraun. Un fuerte repecho conduce al aparcamiento del inicio.