sábado, 25 de octubre de 2008

Un baño entre lamias en Gamere

Gamere es un pequeño pueblo de Zuberoa, famoso desde el antiguo por sus aguas termales. Por detrás del hotel.restaurante rural Aguer, un camino, contracorriente del arroyo de Gesala, llega en apenas 300 metros a las fuentes termales.
El agua salada surge de las entrañas del bosque de Arbaila, en un rincón entre rocas; un lugar sencillo, ajeno a los lujos de los balnearios, pero con el encanto de los parajes pedidos.
El agua brota a 38º y combate el reumatismo. Junto a este manantial mana otro de aguas cristalinas, pero frías, que contrastan con el agua caliente del anterior.
Dicen que el atractivo de este paraje es más que suficiente para que, por las noches y justo ante el manantial, acostumbren a reunirse las lamias, esas pequeñas hadas de pies de pato que peinan cabellos de oro junto a los cursos de agua. Lo hacían al menos antaño para citar allí a los hombres, a quienes enamoraban, y para que sus amantes no las rechazaran al descubrir su condición ocultaban sus pies a su mirada.
Llegar a Gamere es casi como viajar al paraíso. Deslizando la ruta que llega desde las inmediaciones de Atharratze, allí por donde tuvo sus correrías el famoso jefe de mosqueteros, el conde de Treville, por las riberas de la regata de Osinaga, bastante se tendrá con admirar casonas palaciegas y espléndidas praderías que invitan a permanecer.