
Labraza, junto al resto de su comarca, fue conquistada definitvamente por los castellanos en 1461. A lo largo del tiempo, las casas adosadas a la muralla por su interior abrieron en ella puertas y ventanas, pasando así el cerco a formar parte de los edificios.
De esta curiosa manera, la muralla ha podido conservarse hasta nuestros días. El conjunto de la villa de Labraza fue presentado, junto a Vitoria-Gasteiz, Plasencia en Cáceres y Carrigfergus en Irlanda, al premio Ciudad Amurallada que otorga la asociación internacional Walled Town Friendship, con sede en Canterbury (Reino Unido).
Ahora, el premio ha recaído en Labraza, lo que, de por si, constituye ya un motivo para visitarla.
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