lunes, 6 de julio de 2009

Desde San Juan de Acre hasta el lago de Arreo

En alguna otra ocasión ya hemos tenido oportunidad de hablar de Salinas de Añana, cuya historia está relacionada directamente con la historia de la sal. Este fin de semana hemos vuelto a disfrutar de la hospitalidad de este encantador lugar en casa de uno de los muchos Diaz de Tuesta que habitan (y habitaron) por estos lares, donde nos hemos reunido para celebrar los cumpleaños de Ana e Iñigo. Y como la diversión nunca se ha reñido con el deporte, igualmente hemos podido practicar algo de senderismo.
La opción elegida ayer fue la seguir el camino que desde el Monasterio de San Juan de Acre (en la parte alta de Salinas) conduce hasta el lago de Arreo o Caicedo. Apenas 4 kilómetros que se cubren sin ningún tipo de dificultad y que posibilitan descubrir a los más pequeños de la familia la naturaleza en su estado más puro.
En definitiva, una buena oportunidad para reunirse algunos amigos y hacer algo de deporte, ¡qué nunca está de más!

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