El casco medieval de Agurain -su nombre en euskera- ha sido declarado Conjunto Histórico, es uno de esos lugares donde no hay que dejar de ver las iglesias-fortaleza de Santa María y San Juan Bautista. Recientemente se ha rehabilitado la Casa Consistorial, que alberga en su interior la ermita de San Martín (siglo XIII), ahora visible. También destacan las casas señoriales de Begoña y Azkarraga, sin olvidar las murallas.
Tras reponer fuerzas, se sugiere una ruta cercana al pueblo que nos conducirá a la presa de Iturbaz, en Opakua. Para llegar a este paraíso natural hay que tomar la carretera A-2128 hacia el Alto de Opakua y una vez subido el puerto, desviarse por una pista asfaltada a mano izquierda, que nos conducirá a un aparcamiento. Ahí comienza un camino de unos dos kilómetros que nos lleva bajo la sombra de hayedos, enebros y espinos blancos hasta el nacedero.
Se trata de un bello entorno donde pastan ovejas, caballos y otros animales. Cerca tenemos las campas de Opakua, ideales para un paseo tranquilo. Este hábitat es, además, un paraíso para los buscadores de perretxikos y aranes (endrinas) cuando llega la época de recolectar estos tesoros de la gastronomía.
Sin embargo, no podemos marcharnos de Salvatierra sin conocer el dolmen de Sorginetxe en Arrizala, a las afueras del pueblo, construido en el año 2.500 antes de Cristo y uno de los monumentos megalíticos mejor conservados de Euskal Herria, además de ser la enseña cultural de la Llanada Alavesa. Aquí enterraban a sus seres queridos los antiguos pobladores del valle, ganaderos en su mayoría.
El enclave fue descubierto en 1831 y está formado por cinco piedras calizas verticales. La que las cubre alcanza en su punto más alto más de dos metros.
Se trata de un bello entorno donde pastan ovejas, caballos y otros animales. Cerca tenemos las campas de Opakua, ideales para un paseo tranquilo. Este hábitat es, además, un paraíso para los buscadores de perretxikos y aranes (endrinas) cuando llega la época de recolectar estos tesoros de la gastronomía.
Sin embargo, no podemos marcharnos de Salvatierra sin conocer el dolmen de Sorginetxe en Arrizala, a las afueras del pueblo, construido en el año 2.500 antes de Cristo y uno de los monumentos megalíticos mejor conservados de Euskal Herria, además de ser la enseña cultural de la Llanada Alavesa. Aquí enterraban a sus seres queridos los antiguos pobladores del valle, ganaderos en su mayoría.
El enclave fue descubierto en 1831 y está formado por cinco piedras calizas verticales. La que las cubre alcanza en su punto más alto más de dos metros.
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